AGR Andalucía

Lo que fue 2013 y lo que vendrá en 2014

  • La negociación de la PAC, el adiós a las aceiteras y las elecciones en el campo marcan el paso de un año a otro 2013 fue el año de la corta cosecha de aceituna y del cambio de Luis Planas por Elena Víboras en Agricultura

El año 2013 se remata en Andalucía con unas lluvias que si bien han causado desperfectos en algunas zonas, en general han sido muy bien recibidas en el campo, donde el cereal, la ganadería extensiva y algunas plantaciones empezaban a notar la falta de agua. Es el epilogo de un año un tanto extraño en lo meteorológico y muy intenso en lo que se refieren a decisiones políticas que afectan al campo andaluz.

De hecho, el año que ahora termina comenzó marcado por una cosecha históricamente baja de aceituna, algo que pese a lo que se podría suponer, no se tradujo en un aumento de precios del aceite suficientemente rentable para los olivareros. Fue una cosecha que se redujo a menos de la mitad de una campaña normal a consecuencia de problemas climatológicos.

No sólo la adversa meteorología afectó al olivar. Una primavera fría y lluviosa dañó a cultivos como el algodón o el arroz y granizadas han perjudicado a frutas y hortalizas y estructuras de invernaderos.

Un tema muy importante relacionado con el agua, sobre todo para los agricultores de regadío y la agroindustria, surgió con las últimas modificaciones introducidas en la normativa en el pasado mes de agosto, que incrementaron el precio del término de potencia en más de un 150% para las tarifas de acceso en baja tensión y entre un 115% y un 125% para las de alta tensión.

Los regantes calculan que el tarifazo supondrá un gasto de 25 millones anuales al regadío andaluz, una subida del 20% . En los últimos siete años, además, se ha duplicado la factura eléctrica. Denuncian especialmente que el gasto de riego se produce normalmente en un periodo de unos cinco meses, mientras los incrementos afectan a todo el año.

Precisamente. y siguiendo con esta agricultura de regadío, en este año se ha visto aprobado, por fin, el Plan Hidrológico del Guadalquivir, que no contó con el respaldo del Gobierno andaluz.

En los últimos doce meses se han aprobado en el Congreso de los Diputados dos leyes de gran trascendencia para el campo andaluz. Una de ellas es la de Medidas para la Mejora del Funcionamiento de la Cadena Alimentaria que en el sector se considera una oportunidad única para conseguir una mayor transparencia y seguridad jurídica en la cadena. Se empezará a aplicar en 2014 y es durante ese año cuando se producirá el desarrollo normativo de la ley, de forma especial el Código de Buenas Prácticas. También se concretarán las sanciones a las infracciones.

De especial importancia resulta también la aprobación de la Ley de Fomento de la Integración Cooperativa y de otras entidades asociativas de carácter agroalimentario, con el respaldo de la gran mayoría de los grupos políticos del Parlamento, lo que supone un impulso y avance hacia un nuevo modelo cooperativo en España y en Andalucía. Para algunas grandes cooperativas es de especial interés ver el desarrollo normativo de la ley para conocer la posibilidad de abordar fusiones y aumentar su tamaño para competir mejor en el mercado.

La ganadería, por su parte, se ha visto marcada por la aprobación de una norma de calidad de los productos del cerdo ibérico que finalmente resultó salomónica, quedando a mitad de camino de las exigencias del sector productor de ibérico de bellota y las de la industria de Castilla y León. Esta norma ha tenido que esperar el visto bueno de Bruselas por algunos detalles de etiquetado y se daba por hecho su publicación en 2013. En todo caso se piensa que será inminente.

El sector ganadero también ha sufrido la reaparición de la enfermedad animal llamada lengua azul, por lo que se ha pedido a la Junta ayudas para la vacunación de la cabaña ovina, caprina y algunos casos de bovino; y de la Fiebre del Nilo, que ya afectó hace unos años a la cabaña equina andaluza.

Un rasgo de 2013 ha sido que las negociaciones han tomado el protagonismo frente a las movilizaciones de tiempos pasados. En ello tiene mucho que ver que los gobiernos nacionales y autonómicos cada vez tienen menos margen de decisión, aunque ahora en los importantes flecos de la Política Agraria Común (PAC) si son más determinantes; y que las organizaciones agrarias pasan por estrecheces económicas, con menos ayudas publicas.

Las negociaciones de la PAC en Bruselas se caracterizaron por el consenso en Andalucía. El entonces consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, consiguió un pacto con las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA para ir de la mano a negociar en Bruselas e incluso mantuvo una muy buena sintonía con el ministro Miguel Arias Cañete en esta fase de la negociación comunitaria.

Así, Andalucía consiguió inicialmente mantener las grandes cifras del presupuesto de la PAC , unos 2.000 millones de euros anuales, y el sector agrario se felicitó del resultado de la Sectorial Agraria celebrada en la sede ministerial el pasado mes de julio en la que estaban presentes los consejeros autonómicos.

Sin embargo, quedan aspectos muy importantes de la reforma con negociaciones con el Ministerio de Agricultura y las demás comunidades autónomas que ahora deberá liderar la nueva consejera de Agricultura, Elena Víboras, que llegó al cargo en el mes de septiembre tras la dimisión de Planas y con la llegada de la nueva presidenta de la Junta, Susana Díaz.

Este relevo también supuso un cambio de estructura de la anterior consejería, de la que se desgajó Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.

Precisamente ante los retos que se avecinan, en el mes de diciembre las organizaciones agrarias COAG y UPA anunciaban en Andalucía una alianza tanto en las propuestas políticas como en la colaboración de los servicios técnicos que, tal vez con el tiempo, podría desembocar en una fusión.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios