Turquía llama a la puerta de la Unión Europea (UE). Lleva haciéndolo un tiempo y retomó hace pocas semanas las negociaciones para su adhesión al viejo continente. Tras cerca de cuatro años de travesía del desierto, este país ha retomado las conversaciones, que mantiene abiertas desde 2005, eso sí, con avances muy limitados.

La Comisión Europea ha pedido un compromiso adicional a Turquía en materia social y, a cambio, asegura que no habrá más interrupciones del diálogo. Sin embargo, el proceso va más lento de lo que parecía inicialmente.

Mientras tanto, desde Almería apenas hay quien ha caído en la cuenta de lo que supondrá la entrada de Turquía en el mercado comunitario europeo. Los analistas que observan en detalle los diferentes países productores de frutas y hortalizas, más allá del clásico enemigo del sur, Marruecos, sí han reparado en la amenaza real de la agricultura turca frente a las producciones de los invernaderos almerienses.

Se trata de un país con una serie de ventajas estratégicas frente al agro almeriense. Además de la gran superficie que destina para el cultivo de frutas y hortalizas, lo que supone ya de por sí un peligro por el exceso de producto en determinados momentos de la campaña, lo que tira del precio a la baja, Turquía posee una ventaja que le otorga su situación geográfica. En este sentido, se encuentra en una posición privilegiada desde el punto de vista logístico, muy cerca de los principales mercados europeos, con Alemania y Holanda a la cabeza, para realizar los envíos con un menor coste, además de tener la posibilidad de reexpedir las frutas y hortalizas de mayor valor.

El ingreso de Turquía en el club comunitario tiene aún que superar numerosos obstáculos. Alemania, el país más influyente, tiene serias dudas sobre las reformas de las que presume el mandatario Erdogan. Fueron precisamente las reticencias germanas las que paralizaron las expectativas de avance el pasado verano, cuando el diálogo estaba a punto de retomarse. Las violentas imágenes de policías turcos reprimiendo las manifestaciones contra el Gobierno que recorrieron el país disgustaron a toda la UE y dilataron el proceso. También Francia ha mantenido siempre reservas, aunque la llegada al poder de Hollande las alivió.

Turquía produjo en 2010 un total de 42,5 millones de toneladas de productos hortofrutícolas. El valor de sus exportaciones de frutas y hortalizas en 2010 fue de 1.600 millones de euros. El tomate es el producto que más ha exportado Turquía, con 450.000 toneladas de enero a noviembre de 2013, según el portal akib.org.tr. Las hortalizas representan el 40% de la exportación total hortofrutícola, con un aumento del 15% en comparación con 2012.