Los cotizaciones en origen para los agricultores en lo que va de campaña vuelven a no ser las mejores. Después de un 2016-2017 de récord, donde los precios llegaron al 0,66 euros por kilo de media, un 22,5% más que en el ejercicio anterior, mucho tiene que cambiar hasta julio para que esa media compense las cotizaciones y se pueda hacer un balance final positivo.

Hasta diciembre, lo único cierto es que es de un 26% la caída en los precios con respecto al mismo periodo en la campaña pasada, que ya de por sí tuvo un inicio también complicado, pero que ya por esta época comenzó su vertiginosa escalada debido a la ola de frío que asoló a Europa y que convirtió a Almería como única productora durante varios meses, a la par que esas heladas en otros países también hicieron que estos competidores se vieran muy mermados posteriormente y no alcanzaran su plena capacidad.

Además, esta Navidad, época propicia por el aumento en el consumo de frutas y hortalizas así como la bajada de temperaturas y como consecuencia disminución de la producción en otras zonas, no se dieron los precios esperados. Las organizaciones agrarias de la provincia apuntan a la gran distribución como responsable de este fenómeno, comprando a pérdidas a las comercializadoras. De hecho, los productores almerienses han visto como el precio de sus productos caían en torno al 50% de su valor en esos quince días festivos.

Por este motivo, Coag Almería reclama al Ministerio de Agricultura a que investigue el comportamiento de los mercados, ya que "nuevamente la gran distribución se ha salido con la suya y ha hundido los precios en una época en la que los buenos precios suelen reinar. Lo incomprensible, una vez más, es que las comercializadoras hayan cedido al juego de la distribución cuando disponen de mecanismos de gestión de crisis con el que pueden frenar esta situación", asegura Andrés Góngora, secretario Provincial de la Organización Agraria, quien entiende que "Agricultura debe tomar cartas en el asunto e investigar en profundidad estas ventas a pérdidas donde el principal perjudicado es el productor".

Esta organización destaca que todos los hortícolas han sido castigados durante el periodo navideño, aunque algunos se han visto especialmente perjudicados, situación que se ha prolongado hasta el inicio de este 2018. "Calabacines a 39 céntimos, pepinos a 46 o berenjenas a 61 cént./kilo son algunas de las cotizaciones que nos encontramos en las pizarras, precios muy por debajo de lo normal para esta época del año", concreta Góngora.

Por su parte, Francisco Vargas, presidente Provincial de Asaja-Almería, hace para Diario de Almería un análisis profundo del mal, pero sobre todo anómalo, primer tercio de esta campaña. "Nosotros no sabemos si es debido a la presión de la gran distribución, a las empresas locales o si se ha filtrado información de que aquí la producción se ha retrasado, y por tanto podía salir ahora en invierno mayoritariamente y eso está haciendo que algunos estén ofertando a la baja. También sabemos que no se están aplicando los mecanismos de gestión de crisis", explica el máximo representante de esta organización en la provincia.

Los productos dónde más se ha cebado esta caída de precios han sido el calabacín (de los mejor valorados la pasada campaña) y la berenjena, principalmente.

Algunos ejemplos de estos comportamientos en las cotizaciones son: el pepino Almería, que ha bajado un 22% con respecto a la campaña anterior, contabilizando desde septiembre hasta finales de enero. El pimiento California verde se mantiene en valores similares, el Lamuyo verde un 13% menos, el Lamuyo rojo un 8% menos y la berenjena un 18% menos.

En el caso del calabacín, en septiembre y octubre su precio subió un 16%, para bajar un 38% en noviembre y un 60% en diciembre.

"Se supone que desde ahora, ya que no ha hecho tanto frío en Europa, Almería se quedará sola, al menos hasta final de febrero, para abastecer el mercado. Eso no quiere decir que, visto lo visto, vayan a mejorar los precios. Se dan tortas por ver a quien le compran más barato. Los precios que tenemos ahora mismo son muy bajos con respecto a los precios de cara al consumidor y eso que ya somos los únicos proveedores", lamenta Vargas, quien recuerda casos en los que la provincia ha tenido el 90% de la producción de la berenjena y es cuando más barata se ha vendido. "Es necesario que fluya la información y que exista una organización, como hacen en Murcia los productores de lechuga, que tienen reuniones periódicas, nada de pactar precios que eso es ilegal. Hay que programar y planificar".

Asaja ha continuado con la línea mantenida en los últimos años en torno a la necesidad de cambiar el modelo comercial del sector hortícola almeriense, quedando ya patente en gran parte de la campaña pasada que se requiere mejorar la organización y planificación conjunta, y sobre todo, en que cuando sea necesario se efectúen medidas de gestión de crisis. "Las OPFH tienen en esto un papel esencial pero es necesario que asuman su papel y funciones y que es necesaria una mayor incorporación del sector a estas figuras pues apenas el 49% de los agricultores pertenecen a una OP y la poca concentración en sangrante incluso en algunos productos como calabacín o berenjena", recordaba el presidente de la organización hace unas semanas haciendo balance de lo que fue el 2017, "también hemos seguido apostando por que se permita la entrada de los agricultores usuarios de alhóndigas, que en esta recta final de año han conseguido crear su primera OP y existiendo otros dos proyectos en vías de aprobación, lo cual es una buena noticia".

En Asaja consideran que en la actual situación de desorganización e individualismo, ni agricultores ni empresas tienen el suficiente poder de negociación, lo cual deja en manos de las decisiones e intereses de otros eslabones el devenir del sector.