Almería

Bajar la guardia con el control biológico, la amenaza del agro

  • Expertos en sanidad vegetal abogan por seguir apostando por este sistema, que ha perdido hectáreas de superficie, sobre todo, en tomate

  • Aumentan los daños por el virus de la cuchara

Son numerosas las 'voces' de expertos y de agentes del sector hortofrutícola almeriense que lo vienen advirtiendo desde hace tiempo. No por ello, es menos necesario recordarlo. Uno de los principales estandartes de la agricultura intensiva almeriense, como es el control biológico, que ha situado a este sector como referencia internacional en el manejo de cultivos de forma sostenible, languidece desde hace un par de años. Así se desprende de los datos que maneja la Delegación Territorial de Agricultura en Almería sobre la superficie cultivada bajo este sistema, que reflejan un descenso que todos los agentes del sector hortofrutícola miran con preocupación.

Así se constató a mediados de diciembre pasado, en la jornada 'Avances y retrocesos en control biológico', que organizaron Cajamar y Coexphal, en la que quedó patente que del estancamiento inicial en control biológico se ha pasado al retroceso y, lo que es peor, se espera que el área que emplea este método continúe reduciéndose, para pasar de las 24.200 hectáreas actuales a caer por debajo de las 22.000 o, incluso, rondar las 20.000, tal y como advirtió entonces el secretario general provincial de la Delegación Territorial de Agricultura en Almería, José Antonio Aliaga.

25,5%Caída. Porcentaje de descenso del área de tomate cultivada mediante técnicas de control biológico

Ayer, nuevo capítulo sobre esta amenaza latente para el campo almeriense, de la mano de la jornada técnica 'Virosis en hortícolas', organizada por Cajamar, el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) y Coexphal.

En ella, el técnico de Sanidad Vegetal de la Delegación Territorial de Agricultura de Almería Mateo Arco Muñoz ofreció el balance de la incidencia de virus en la provincia almeriense durante la actual campaña, junto a su compañera Paloma Castillo. Entre las principales conclusiones, destaca que la incidencia de virosis en el curso agrícola 2017-2018 se ha duplicado en los cultivos de tomate, en comparación con el año pasado, al pasar de un 6% a un 12%, unas cifras que achaca, entre otras cuestiones, al menor uso del control biológico, que también se ha reducido desde las 8.600 hectáreas a las 6.400 en tomate, un 25,5% menos.

Esto genera una "repercusión económica muy elevada para la provincia en cuanto a daños", señaló Mateo Arco, que hizo hincapié en que la mayor incidencia corresponde al término municipal de Níjar, con hasta un 20% de afección por el virus de la cuchara, debido a que es la zona "donde menos control biológico se hace". También puntualizó que donde se cultivo con técnicas de control biológico se constata un menor número de casos de virosis, además de que, según los datos que manejan, se rompe el mito de que el control químico es más efectivo para reducir la virosis, pues no está siendo así.

El virus del rizado del tomate Nueva Delhi (Tomato leaf curl New Delhi virus, ToLCNDV) ha provocado un nivel de afección de plantas de calabacín del 17%, "una incidencia altísima", reconoció, "con máximos del 22% en noviembre", expuso Arco, a la vez que abogó por tomar medidas correctoras para controlar esta situación, ante el aumento de la superficie de cultivo de esta hortaliza, principalmente, al principio de la campaña, en invierno, que es cuando más prolifera.

Mateo Arco insistió en una correcta implementación de medidas de control biológico en las fincas de calabacín y tomate para controlar mejor la virosis en los meses de agosto y septiembre, al inicio de la campaña hortofrutícola.

Como consecuencia de una menor implementación del control biológico en estos cultivos y unas condiciones climáticas favorables, la presión de plagas y de virosis ha sido mucho mayor en esta campaña, especialmente, en cultivo de tomate, debido al auge del virus del rizado amarillo del tomate (o virus de la cuchara, Tomato yellow leaf curl virus, TYLCV).

Como ejemplo del buen hacer en control biológico, Arco recordó lo que se está haciendo en pimiento en los últimos años, lo que ha provocado que, aunque la presión de plagas también es elevada, la incidencia de virosis sea baja y estable en las últimas campañas.

Paloma Castillo recordó que el virus de la cuchara en tomate continúa siendo una amenaza latente para el campo almeriense, por las condiciones climáticas y por las nuevas variedades que aparecen en el mercado, muchas de ellas, sin resistencias a esta virosis.

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