La Red Europea de Cementerios y las declaraciones en territorio nacional de camposantos como Bien de Interés Cultural denotan la valía de estas estancias del descanso como reposados cuadrados que muestran la historia, la vida, la cultura y las relaciones sociales de las diferentes épocas. El turismo de camposantos, con su riqueza patrimonial como otro exponente añadido, está en boga, si bien, mientras que en otros lugares del mundo, la convivencia entre vivos y muertos es de lo más normal -hay cementerios que son parques donde los niños juegan-, en España sigue causando cierto reparo por aquello del respeto hacia los fallecidos y al dolor de los familiares y de las amistades. Ésta es la explicación del motivo por el cual el Ayuntamiento de Almería mantiene entre las normas de acceso y estancia a los cementerios de la capital la prohibición de hacer fotografías, ni a las unidades de enterramiento ni de los recintos e instalaciones funerarias, "quedando prohibida la entrada de toda clase de aparatos de reproducción".

Pero no sólo fotos o imágenes tomadas por cámaras. Tampoco se puede dibujar el cementerio o hacer una pintura del mismo.

También queda vetada las instalaciones a la presencia de animales, por muy estrechos que fueran los vínculos del propietario con su perro, gato o pájaro. Solo están autorizados a acceder a los camposantos los perros guía.

La ordenanza municipal prohibe la venta ambulante y cualquier actividad comercial o profesional no autorizada dentro del recinto, ni cualquier tipo de propaganda, así como el ofrecimiento o prestación de cualquier servicio. Amén.