Almería

La Comandancia envía 300 armas a fundir para hacerlas chatarra

La Comandancia de Almería envía cada año una media de entre 200 y 300 armas a la fundición para convertirlas en chatarra. Son escopetas, pistolas, revólveres, rifles, y muchas, joyas antiguas, que están en el depósito de la Intervención de Armas de la Guardia Civil y que transcurrido un año desde su entrada, si no han tenido salida en las subastas o no han sido reclamadas por sus titulares, recorren el camino hacia la fundición. Son, para hacernos una idea, alrededor del 12% de las que hay almacenadas. Aquí acaba su vida útil. Se convertirán en materia prima para nuevas fabricaciones.

Bajo fuertes medidas de seguridad, un arsenal duerme en el depósito de la Benemérita. Apenas dos personas tienen acceso a esta sala, donde casi a diario se hacen recuentos, controles y se registran nuevas entradas. Están dispuestas en estanterías, por tipos, antigüedad y características. Se trata de armas retiradas por caducidad de la licencia, entregadas por los propietarios (la mayoría cazadores) o aquellas utilizadas por delincuentes que una vez terminado su uso como prueba en procesos judiciales ya finalizados, también acaban en los fogones.

La próxima subasta que prevé celebrar la Comandancia de Almería será a finales de este año. La fecha será publicada en el Boletín Oficial del Estado. Será la primera que se realice tras la aprobación de la nueva normativa que ya no permite subastar dos veces la misma pieza. El precio de partida puede variar mucho, como indicó el sargento de la Intervención a Diario de Almería, pues en este caso influye la antigüedad e incluso el capricho y las pretensiones que el titular tenga por ella. En Almería han llegado a salir escopetas y pistolas por un valor de apenas 20 euros; sin embargo, ha habido otras que se han adjudicado por un precio de hasta 5.000 y 6.000 euros. En eventos como estos, según los agentes, suele venderse alrededor de un 30% de la exposición, aunque las cifras pueden variar dependiendo del precio de partida.

En la provincia de Almería la mayoría de las licencias concedidas pertenecen a cazadores. Las escopetas conforman el grueso del registro. Pero en el depósito de la Comandancia o en el de los cuarteles de Albox, Garrucha o El Ejido (donde también hay Intervención de Armas), también llegan otras no legales e incluso de fabricación casera, que directamente pasan a ser chatarra una vez que el juez determina que el proceso judicial está concluido. Bolígrafos pistola, escopetas con cañones recortados, simuladas, detonadoras..., son algunos ejemplos que precisamente forman parte del lote que hace apenas unas semanas han salido de Almería para ser destruidas.

Teniendo en cuenta la tradición de cazadores que hay en la provincia, los agentes aconsejan a los titulares adoptar todas las medidas de seguridad posibles, como por ejemplo guardar las armas en lugares seguros, en armeros, o si no son rifles, dejarlas en armarios cerrados con llave o despiezadas. Son medidas básicas que pueden evitar muchos graves problemas en el caso de que haya algún robo en el domicilio e incluso accidentes con menores de edad.

La Guardia Civil realiza un exhaustivo control mensual de las licencias que deben ser renovadas. De esta forma, como indicó el sargento, se suelen enviar del orden de 300 o 400 cartas a los titulares dándoles el aviso de que tienen la obligación de poner en regla los documentos o de depositar sus armas. De no ser así, las sanciones podrían ascender a los 300 euros o incluso convertirse en una infracción penal que podría conllevar cárcel si el juez así lo estimara.

La Guardia Civil ejerce la competencia exclusiva sobre el registro de armas en España. Para poder acceder a un arma se requiere una solicitud que incluye un certificado de actitudes psicofísicas, un documento de necesidad que justifique la licencia y un procedimiento informativo de conducta que garantice la ausencia de antecedentes penales.

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