Almería

Estalla un artefacto explosivo en la rueda de un coche en El Zapillo

  • La Policía baraja un posible ajuste de cuentas · Las víctimas aseguran que han intentado acabar con su vida en dos ocasiones · El año pasado un familiar del afectado murió en un tiroteo en El Quemadero

Un artefacto colocado en la rueda delantera de un coche explotó ayer poco antes de las doce del mediodía en el barrio almeriense de El Zapillo, concretamente en la calle Abrucena. Aunque hasta el momento la Policía no ha especificado el tipo de artefacto que había colocado en el vehículo y que se encontraba atado con un alambre, sí aseguraron que se trataba de un dispositivo, probablemente, de fabricación casera. Negaron que se tratara de una granada o de una bomba como se rumoreó minutos después del estruendo.

La deflagración se produjo justo después de arrancar el vehículo y dar marcha atrás. En ese momento, en el interior se encontraba el matrimonio y sus tres hijas de cinco, diez y once años. Aunque no hubo que lamentar heridos graves, una de las pequeñas tuvo que ser atendida al quejarse de fuertes dolores en los oídos. Los nervios también jugaron una mala pasada al padre de una de las víctimas que tuvo que ser trasladado en una UVI móvil hasta el hospital Torrecárdenas aquejado de dolor es en el pecho y mareos.

La Policía mantiene abierta una investigación para esclarecer las causas del suceso, aunque las primeras hipótesis que barajan se centran en un posible ajuste de cuentas, según indicaron en un comunicado. Por su parte, los afectados, indignados, aseguraron que "para que haya un ajuste de cuentas primero tiene que haber un problema entre las dos partes, algo que nunca ha ocurrido. Lo que sí es cierto es que, a A. S. O. ya han intentado matarlo en dos ocasiones, y lo más grave de todo es que lo han hecho sin tener un motivo".

Un equipo de Tedax de la Guardia Civil, se personaron en la zona, que fue acordonada mientras se inspeccionaba el todoterreno y un segundo coche de la familia que estaba estacionado justo al lado de donde colocaron el explosivo. Un perro adiestrado para detectar cualquier tipo de artefactos olfateó la zona y varios coches para descartar que hubiera más barrenos en los alrededores.

El coche afectado fue trasladado a las dependencias policiales por una grúa para someterlo a una inspección exhaustiva y averiguar las características que podría tener el explosivo, así como posibles pistas que puedan apuntar a la captura de los autores de su colocación.

Por su parte, el propietario del mismo y su mujer prestaron declaración ante el Juzgado de Instrucción de guardia sobre las 14:30 horas del mediodía.

La familia, visiblemente afectada, lamentó la "ineficacia de los agentes de policía a la hora de acudir al lugar de los hechos". Al parecer, según explicaron, pocos segundos después de la explosión tanto vecinos del barrio, como los propios afectados alertaron a la Comisaría de lo que había ocurrido. Sin embargo, como indicaron, "no aparecieron hasta pasados más de 45 minutos". Por otro lado, también lamentan la "poca profesionalidad de los efectivos del 061 que, a pesar de haber recibió el aviso, llegaron una hora más tarde al lugar de los hechos".

El incidente podría estar relacionado con un tiroteo que se desarrolló el pasado mes de agosto en el barrio de El Quemadero, y en el que un hombre falleció a consecuencia de varios disparos. De este incidente fue testigo directo, una de las víctimas de ayer. A. S. O. también recibió cuatro impactos de bala en las piernas, aunque logró huir del lugar.

"Nos disponíamos a realizar una mudanza de ropa de una vivienda a otra cuando nos encontramos con un atentado en toda regla", como indicó la mujer de A. S. O., a la vez que explicó a este periódico que han tenido que cambiar varias veces de vivienda "para que los que nos amenazan no sepan dónde nos alojamos".

El matrimonio apunta como responsables de lo ocurrido a varios miembros del clan que "se enfrentaron a A. S. O., en la calle Las Negras de El Quemadero el año pasado, y que acabaron con la vida de su tío a tiros".

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