Almería

Greenpeace y Azata, nuevo frente judicial

  • Ecologistas y promotora libran una nueva batalla ante los tribunales La resolución sobre el futuro del establecimiento puede dilatarse a lo largo de años

No le faltaba nada al futuro del hotel de la playa de El Algarrobico para convertirse en un folletín de capítulos eternos, como para abrir una nueva línea de confrontación. Tras la sentencia del TSJA en la que se declaraba urbanizable el suelo en el que se asienta, los ecologistas a través de la organización Greenpeace y la promotora del edificio Azata del Sol, se han enzarzado en una nueva batalla judicial en la que los primeros han pedido a la Fiscalía Anticorrupción que estudie si es delito el fallo judicial, mientras que los segundos se han opuesto (como no cabía duda alguna) a que se anule dicha vista y han pedido que se multe a las organizaciones defensoras del medio ambiente.

Greenpeace ha trasladado que espera que el ministerio público abra diligencias "por la comisión de posibles delitos como la prevaricación" que incide en la querella criminal presentada ante el Supremo por 'Salvemos Mojácar' y recuerda "los 28 recursos contra el Plan de Ordenación de Recursos Naturales". En materia estrictamente jurídica, la organización señala hacia la reiterada "jurisprudencia del Tribunal Supremo que impide dictar una sentencia contradictoria con otra de carácter firme y con efectos de cosa juzgada, pues afecta a la seguridad jurídica" y advierten del peligro que supone "facilitar el camino para declarar que el hotel se ubica en terrenos urbanizables" y concluyen con que "el proceso de la licencia de obras a pesar del anuncio del TSJA de que se resolvería el pasado 25 de febrero, se ha retrasado de manera indebida".

En cualquier caso, Greenpeace se muestra contundente al calificar la sentencia como un "error material de calificación" que supone un "giro escandaloso de la historia de El Algarrobico, ya que ahora no será posible determinar si el suelo donde se asiente el hotel es urbanizable o no. Esto tira por la borda ocho años de lucha ecologista" en palabras de la responsable de la campaña de Costas, Pilar Marcos.

En el otro lado de la balanza la promotora del hotel se ha opuesto (como cabía esperar) a la nulidad de la vista en la que, por primera vez, les daban la razón, pero ha ido un paso más allá al solicitar que se les imponga una multa a Salvemos Mojácar y Ecologistas en Acción por lo que ellos denominan "temeridad jurídica".

Sus razonamientos se apoyan en la actuación procesal de ambos colectivos ya que "es fácilmente deducible que su petición va a ser desestimada, lo que llevaría a una demora innecesaria en la conclusión de un dilatado procedimiento como el que nos ocupa". Esa "temeridad" vale, según el escrito de alegaciones "una multa entre los 90 y los 600 euros".

Azata rechaza en su escrito que se haya vulnerado el derecho constitucional de las partes y se ensaña al sostener que "parece claro que la representación letrada de los colectivos ecologistas, tiene un total desconocimiento de lo que este derecho fundamental implica y hace una errónea interpretación del derecho constitucional a la tutela judicial efectiva".

Tampoco se ha quedado atrás el Ayuntamiento de Carboneras quien ha elevado su escrito a la Sección Tercera del TSJA en la que manifiesta su oposición a la nulidad de la vista ya que, a su juicio "no se acredita la irregularidad, ni se vincula a ningún prejuicio, por lo que la pretendida indefensión carece de relevancia constitucional" .

El TSJA admitió a trámite el incidente de nulidad y estudiará su procede invalidad la audiencia pública del 14 de enero (algo que con toda probabilidad rechazará) por lo que el plazo para dictar sentencia ha quedado en suspenso al haber dado cinco días a las partes para que manifiesten "lo que a derecho convenga respecto a esta petición".

Con la sentencia por la licencia de obras en espera sine die, lo único cierto en todo este marasmo judicial en el que se ha convertido el estado del hotel de la playa carbonera, es que su destino, tanto si permanece como si se derriba, va para largo.

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