Son de almería

Manuel López Quero, el almeriense más olímpico

  • Fue compañero de pupitre del ex-alcalde de Almería, Santiago Martínez Cabrejas. Almería se quedó atrás hace años, aunque hoy sigue siendo su escondite perfecto

LAS calles de Almería tenían el ancho perfecto. Jugar al balón, cada tarde, al salir del colegio era el mejor deporte; y se convirtió, sin entonces saberlo, en parte de su vida. Manuel López Quero fue uno de esos niños a los que no se le daba mal jugar al fútbol; hoy, está al frente de la Asociación de Deportes Olímpicos, el colofón para un currículum lleno de éxitos profesionales. "En aquellos años, el gran estadio del deporte almeriense era la calle. Jugábamos a casi todo e, incluso, teníamos que construir nuestros propios juguetes". Eran años de grandes amigos, Santiago Martínez Cabrejas fue su compañero de pupitre y su cómplice en tantas tardes de estudio. "Santiago me ayudaba en el dibujo y yo le ayudaba en las matemáticas. Además jugaba al fútbol fantásticamente bien".

Eran años de Instituto… el Celia Viñas le dio, por primera vez, la oportunidad de estudiar en un ambiente mixto. Manuel sonríe cuando recuerda aquella época. "Con quince años conocí a mi mujer. Era la hija de un profesor del Instituto y hasta hoy…". Aquel grupo de amigos de instituto sigue viéndose hoy de tanto en tanto… "Cuando éramos chavales, íbamos a bailar al Casino, al Club de Mar… no teníamos un duro y teníamos que administrarnos…".

Los años pasaron de largo, y una vez en la Universidad, Madrid le abrió sus puertas y le mostró de cerca las entrañas de la ciudad; una ciudad en la que se podía respirar música, teatro y arte en cada uno de sus rincones. Manuel se enamoró de toda aquella cultura emergente. Su primer año como estudiante de Ingeniería lo vivió más pegado a esas calles donde el arte era el protagonista. "Hasta ese momento había sido muy buen estudiante pero esa época comencé a descubrir otro mundo a nivel cultural que hasta ahora no conocía. Llegué a montar un cineclub en el Colegio Mayor".

Vivir en aquél Colegio cambió el rumbo de muchas cosas. Manuel diría adiós a su tierra… Almería se convertiría en la otra; Madrid, le regalaría aún, nuevos recuerdos para engrandecer su historia. "Cuando acabé la carrera y me convertí en Ingeniero de Montes me quedé en el Colegio Mayor como Subdirector. También me incorporé en la Universidad con un sueldo por aquél entonces de ocho mil pesetas". Ya establecido en la capital, la Universidad marcó sus primeros pasos profesionales hasta llegar a convertirse en Vicerrector de la Universidad Politécnica de Madrid. Pero su vida como estudiante aún no ha acabado. Manuel necesita sentir de nuevo los pupitres. "Siendo Vicesecretario de la Universidad comencé a estudiar Derecho y todavía tengo una vocación frustrada que algún día terminaré: la carrera de Ciencias Económicas y Políticas que dejé hace años. Volver a estudiar es un magnífico ejercicio". La Universidad ha dibujado sus pasos durante años; hoy, el protagonismo lo tiene el deporte. Dirigir la Asociación de Deportes Olímpicos es su reto más inmediato.

Almería quedó atrás hace años y, aún así, hoy sigue siendo su escondite perfecto. Ha cambiado la ciudad y las calles donde jugaba de niño por la luz y la quietud del tiempo. San José es hoy su refugio más seguro… su secreto. Por eso su condición de almeriense la pasea por el mundo desde siempre: con su acento, con su aire… "Para mi Almería es un referente. Siempre te gusta la tierra donde vives tu niñez, la Almería de la calle. No quiere decir que aquella fuese mejor pero sigo siendo muy almeriense. Estuve a punto de volver y dar clase en la Universidad de Almería pero aquello no salió… Aún así, sé que volveré". El deporte le aleja este año de su verano en San José. Los Juegos Olímpicos de Pekín no le permitirán disfrutar de su mar y de sus toros. "Será la primera vez, en muchos años, que faltaré a mi asiento en el tendido 3. Estoy intentando resolver el problema y unir, de alguna forma, esos días de feria Almería con Pekín".

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