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Noches de cine y bocadillo bajo las estrellas

  • La terraza de cine permite disfrutar de los mejores estrenos al aire libre, junto a una buena cena Todos los veranos abre sus puertas en el pabellón municipal

El verano veratense no solo huele a mar, arena o crema solar. La suave brisa estival también arrastra el aroma de las palomitas recién hechas, y de las deliciosas hamburguesas, lomos y pancetas que se cocinan en la plancha de la terraza de cine de verano.

Como cada año desde hace décadas, el pabellón del colegio Reyes Católicos se convierte en una enorme sala de proyecciones al aire libre. Bajo el manto de estrellas, en la oscuridad, cientos de personas disfrutan cada noche de los mejores estrenos cinematográficos, sentados frente a un bocadillo de lomo, tortilla, pechuga de pollo, o una hamburguesa con corbata (de esas bien cargadas de beicon).

Con una pantalla de 13,5 por 5,5 metros, una imagen con calidad 2K y un espectacular sonido envolvente, la terraza de verano ofrece una oferta cultural y de ocio que atrae tanto a los amantes del séptimo arte (que esperan ansiosos el verano ya que en invierno no hay cines en el Levante), parejas que encuentran una oportunidad para salir de casa, o familias que acompañan a los más pequeños para ver la película de moda.

Por tan solo cinco euros (un precio mucho más bajo que el de las grandes salas de las ciudades) ofrecen estrenos como 'Independence Day: Contraataque', 'Alicia a través del espejo', 'Buscando a Dory' o 'Mi amigo el gigante'.

"Gracias al proyector digital de última generación que compramos hace poco tenemos la posibilidad de disponer de las últimas películas al mismo tiempo que los grandes cines", explica Diego Rodríguez, propietario de las terrazas de Vera y Garrucha. Quedan lejos aquellos tiempos en los que las películas venían en grandes rollos de celuloide y había que esperar semanas, o meses, para que llegasen las últimas novedades hasta el Levante almeriense. De aquella época queda el testimonio mudo del viejo proyector, a la izquierda del moderno, que hace años que no se usa.

Los títulos que conforman la cartelera de los escasos dos meses que abren las terrazas son elegidos pensando en el gran público. "Casi todas las películas suelen ser las más comerciales, ya que son las que más demanda tienen en esta época, en la que sobre todo vienen al cine familias y gente joven", admite el propietario.

En la terraza de Vera, los mejores días pueden llegar a entrar unas 800 personas. Algo menos en la sala de Garrucha. En invierno, sin embargo, no hay cine porque no es rentable. "No hay gente, los jóvenes se van fuera, los partidos de fútbol y las descargas de internet hacen casi imposible que nadie salga al cine en la zona", admite Rodríguez, a la vez que bromea sobre lo bien que les ha venido la temprana eliminación de España de la Eurocopa: "en la del año 2012 tuvimos que suspender la proyección de los Juegos del Hambre porque coincidió con un partido y no había nadie", confiesa.

Hasta el mes de septiembre los amantes del cine están de enhorabuena: el Levante sí tiene cines. Porque el verano huele al perfume de quienes llenan las terrazas, disfrutando de una buena película. Huele cerveza fría, refrescos y a golosinas. El verano de Vera huele a cine.

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