Almería

PSOE e IU acercan posiciones pero siguen sin llegar al acuerdo

Sin acuerdo concluyeron ayer las cinco horas de reunión vespertina entre PSOE e IU para salvar el pacto de Gobierno en la Junta de Andalucía. Al cierre de esta edición, los dirigentes de ambas formaciones no habían alcanzado un acuerdo tras la crisis de gobierno abierta 72 horas antes por la decisión de la Consejería de Fomento y Vivienda de entregar las llaves de viviendas públicas a las familias de la denominada corrala Utopía desalojada el domingo por la policía contraviniendo el criterio de Presidencia.

Las delegaciones de PSOE e IU abandonaron la sala de reunión del Parlamento con la única declaración de que mantendrían contactos telefónicos en las próximas horas. El dirigente de IU José Manuel Mariscal negó un principio de acuerdo para restablecer la convivencia y que alejaría la posibilidad de una ruptura del pacto. "Seguimos trabajando", dijo. "En los próximos minutos se pueden cerrar flecos", dijo cinco minutos después el secretario de organización del PSOE, Juan Cornejo.

Se trata de la segunda jornada de reuniones en el Parlamento tras las diez horas del miércoles. La oferta del PSOE pasaría porque ocho de las 17 familias con expedientes se queden en las viviendas. Son las que tienen niños y discapacitados. Los servicios sociales del Ayuntamiento acreditarían hoy el estado de emergencia. Otras nueve quedarían fuera. En un principio, IU habló de hasta 22. De producirse este acuerdo, los socialistas afirmaron que retirarían el decreto de retirada de competencias. Izquierda Unida valoraba a última hora de la noche la oferta.

El eje del asunto se centra en las consecuencias políticas de los movimientos estratégicos realizados por los partidos. IU desafió con la entrega de llaves y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, cumplió ayer la amenaza de retirar las competencias de vivienda pública a la Consejería de Fomento y Vivienda con la publicación de un decreto. IU trató de responder al jaque mate, pero la intención sería una rectificación de la presidenta o un compromiso de rectificación. Por eso sigue tensando la cuerda para que la consejera de Vivienda, Elena Cortés, no quede desautorizada.

Sorpresivamente y pese a que las reuniones del miércoles finalizaron con la sensación de que el arreglo estaba cerca, Díaz cumplió su amenaza de publicar un decreto con la retirada de competencias sobre política de vivienda protegida a la Consejería de Fomento. Tocaba medir las consecuencias e Izquierda Unida convocó de urgencia una reunión de su dirección a primera hora de la mañana, a la que corrió en quinta velocidad el coordinador general de la formación, Cayo Lara, que tenía un acto previsto en Huelva.

En la atmósfera pendía la incógnita de si IU sería capaz de arrojarse de cabeza hacia la ruptura del pacto de gobierno. A la cúpula de la dirección se unió a media mañana la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, recién llegada de un viaje a Colombia y Panamá para, precisamente, gloriar las políticas de vivienda de la Junta. Cuatro horas estuvieron reunidos los dirigentes de IU en una sala del Parlamento andaluz hasta que, en un receso hacia las 14:15, el coordinador general en Andalucía, Antonio Maíllo, atendió a los medios de comunicación. La consigna era igualar la apuesta y reclamar la derogación del decreto. IU pasaría la pelota al tejado del PSOE. ¿Y si Díaz no lo hacía, que para algo es la presidenta? La amenaza de IU era débil. Como entendía que el PSOE había roto la normalidad de la convivencia, IU anunció una "suspensión momentánea del acuerdo" que nadie entendía.

En un primer momento se atribuyó a la relación del pacto de Gobierno, con la consiguiente suspensión de la actividad de los consejeros de IU, lo que sería en la práctica una crisis de gobierno de difícil salida y casi anunciada ruptura. Pero los dirigentes de IU rectificaron pronto la interpretación y especificaron que la suspensión era de carácter político, no institucional. Es decir, que suspendían las relaciones con PSOE sobre los acuerdos del programa de Gobierno, el mismo comité de enlace cuyo paupérrimo balance es una ley aprobada en dos años. El supuesto órdago de IU no era más que una invitación al PSOE para restablecer la convivencia y, a la hora de la merienda, los representantes de ambas formaciones estaban otra vez sentados. La solución: ninguna. Continuarán las conversaciones.

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