Almería

Salud admite que existe riesgo, pero mínimo, en el trasplante de órganos

  • Se pone a disposición de la familia de Mª Carmen, fallecida por cáncer en el riñón

La Coordinación de Trasplantes de Almería admite la probabilidad de que pacientes trasplantados de órganos fallezcan por un tumor transmitido por el donante, pero insiste en no generar alarma social pues esta probabilidad se sitúa entre 0,5 y 1 por cada mil pacientes trasplantados.

Después de que El Almería describiese ayer la historia de Mari Carmen Díaz, que falleció a causa de un riñón trasplantado con un tumor cancerígeno, y cuya resolución de la Dirección Gerencia del Servicio Andaluz de Salud y del Consejo Consultivo de Andalucía ha sido favorable para la familia a quien ha indemnizado, la Coordinación de Trasplantes de Almería se pone a disposición de los familiares.

Textualmente el SAS resuelve: "Se estima la responsabilidad patrimonial de la Administración en este procedimiento, por existencia de un resultado desproporcionado entre la asistencia sanitaria y el fallecimiento". Pero el caso de Mari Carmen no fue el único, ya que a ella se le trasplantó un riñón, mientras el otro lo recibió Manuel Jesús Siles, que fallecía poco antes que Mari Carmen y gracias al cual los médicos se percataron de que la otra paciente trasplantada podía correr la misma desgracia. En este caso, los datos estadísticos se duplican.

La Coordinación de Trasplantes de Almería señala que el riesgo cero no existe en ninguna actividad y tampoco en el ámbito de la Medicina, aunque los beneficios que se obtienen hoy día con los trasplantes de órganos están fuera de toda duda.

Como también puede leerse en la resolución, desde Trasplantes indican que actualmente no existe tecnología ni analítica capaz de detectar todos los tumores en estadios incipientes en los órganos destinados a trasplantes. Los tumores en sus estadios iniciales, al estar en el interior de los órganos, son siempre indetectables. Los progresos en técnicas diagnósticas permitirán en un futuro disponer de tecnologías que minimicen esta incertidumbre. De este riesgo conocido se informa, en todo momento, a los trasplantados y a sus familias cuando entran en lista de espera y firman el consentimiento informado.

Cristóbal Prieto, marido de Mari Carmen, insiste: "Ya no tengo a mi mujer, lo único que quiero es que se conozcan estos casos para intentar prevenirlos y que nadie más lo sufra. Mi lucha es ésta, por lo que mi única reivindicación es que se introduzcan otras medidas más eficaces a la hora de trasplantar órganos", añade el cónyuge de la difunta.

Los hechos no se limitan solamente al análisis del órgano tras ser extraído, van más allá. Mari Carmen, y por consiguiente Manuel, convivieron durante un año con un órgano en mal estado. En el caso de la primera, desde la operación todo fueron inconvenientes, desde sangre en la orina a insuficiencia respiratoria, y los médicos, en este caso del Carlos Haya de Málaga sólo relacionaban los síntomas a un posible rechazo, sin embargo era cáncer.

El fallo continuo que perduró durante un año, es según Prieto un error aún mayor, pues una persona trasplantada, por naturaleza, tiene el sistema inmunológico más débil, y si se le suma una medicación fuerte para aguantar el riñón, sus defensas bajan todavía más, y la propagación de la enfermedad es mucho mayor.

En este sentido la Coordinación de Trasplantes de Almería lamenta lo sucedido.

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