Almería

Silencio en repulsa por la muerte de una vecina de Roquetas a manos de su marido

  • Familiares, amigos e instituciones organizan concentraciones para reivindicar esfuerzos contra el terrorismo machista y pedir a la sociedad su máxima colaboración para eliminar el problema.

La semana ha comenzado teñida de luto en la provincia de Almería. Las concentraciones de repulsa por el asesinato de una mujer a manos de su marido ha movilizado una vez más a los colectivos, instituciones y ciudadanos que, de forma organizada y otras espontáneamente, han salido a la calle para guardar un minuto de silencio en recuerdo a I. G., de 33 años.

La más concurrida y emotiva fue sin duda la que tuvo lugar en la puerta del Ayuntamiento de Roquetas, donde familiares, amigos y vecinos pedían en voz alta que no vuelvan a repetirse episodios de violencia machista nunca más. Allí se producían escenas de dolor sincero y lágrimas de corazón, como las protagonizadas por las compañeras y amigos de Iulia, que portaban su retrato.

Era secretaria de la asociación Almería Pro Ruski, un colectivo muy integrado en la multicolor sociedad almeriense. Su presidenta, Marina Volsakova, sin poder dejar de llorar, recordaba a quien había sido su compañera y mano derecha, afirmando que "la vamos a recordar siempre".

El alcalde Gabriel Amat confirmaba que el Ayuntamiento iba a colaborar en todo lo posible en el entierro de la joven, pues al parecer, los familiares han manifestado que no tienen medios económicos para hacerse cargo de los gastos fúnebres, por lo que han solicitado a la administración local que se haga cargo de ellos.

En la concentración varios retratos de Iulia y una pancarta denunciaban la nueva víctima, la número 59 en toda España en el año que se acaba. Concejales, amigos, la delegada de Igualdad de la Junta, Adela Segura, el alcalde y presidente de la Diputación, Gabriel Amat, ciudadanos anónimos, expresaron con su silencio el dolor.

Tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento de Roquetas han confirmado que no existían denuncias anteriores de malos tratos, aunque los familiares sí han confirmado que el agresor, que se quitó la vida con la misma escopeta con la que asesinó a su mujer, padecía una grave enfermedad y estaba en tratamiento psicológico. Lo más triste de la tragedia es que un menor de siete años ha quedado huérfano de padre y madre. Los familiares más directos van solicitar su custodia.

"Nos ha sorprendido mucho", afirmaba una chica con evidente acento de los países del Este. Vive en el mismo piso donde se produjo la tragedia, a solo dos o tres puertas de distancia del domicilio de la víctima. Su compañero y el pequeño que le acompaña también mostraban su sorpresa por los dramáticos hechos. "Eran una pareja muy normal, jamás les habíamos visto discutir. Tampoco hemos escuchado nada de la violencia que hubo. Nos ha sorprendido mucho y lo sentimos sobre todo por el pequeño que es muy simpático y encantador. Siempre estaba saludando", manifestaba la pareja con tristeza.

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