medio ambiente Programa de recuperación de las zonas naturales

Vera, un pulmón que da vida al planeta

  • En la localidad existen ciertos puntos de una extraordinaria riqueza · Entre ellos aparecen dos que son destacables por sus particularidades: la desembocadura del río Antas y el Saladar de los Canos

"En Vera, pese a que el litoral se haya bastante presionado urbanísticamente igual que en el resto del Levante, existen ciertos puntos en su costa que aún presentan características ambientales sobresalientes, entre ellos se encuentran dos bastantes destacables que son la desembocadura del río Antas y principalmente el Saladar de los Canos, unas antiguas salinas que fueron abandonadas hace décadas, que están bastante nutridas de agua y se ha constituido como uno de los principales humedales del sureste ibérico. La laguna se presenta como uno de los ecosistemas más productivos en vida del planeta, incluso comparable a la selva amazónica o los famosos arrecifes coralinos del Océano Pacífico. Estos humedales son verdaderos oasis y refugio de multitud de aves que en este ambiente semiárido no podrían subsistir sin ellos".

Así pues, y según el doctor en Biología Mariano Paracuellos, resulta que en el Levante almeriense nos encontramos con verdaderas joyas medioambientales; concretamente en el Saladar de los Canos pueden encontrarse entre 150 y 200 especies de aves a lo largo del año, de modo que en un territorio con una superficie de 100 hectáreas no más, hace del municipio veratense uno de los sitios más privilegiados para la situación de aves y su conservación.

A pesar de ello, a día de hoy el Saladar de los Canos, añade Mariano Paracuellos, "se encuentra sin un programa de conservación definitivo. Las urbanizaciones que lo rodean están transformando la zona por la planificación urbanística. Las administraciones, tanto la local como la autonómica están haciendo todo lo posible para su protección".

La importancia del estudio de las aves es extraordinaria. Tan es así, que para Paracuellos, con 20 años de trabajo en el ámbito de la conservación e investigación de aves en lagunas de la provincia de Almería, "una de las principales formas de estudiar la vida en el planeta tierra, ha sido ni más ni menos que el estudio de las aves, por la simple razón de que las aves son unos organismos muy fáciles de estudiar. No es lo mismo estudiar un carnívoro o una especie que habita en cuevas, que una especie que vuela, que está visible durante el día que exhibe un colorido en su plumaje bastante aparente o que, por ejemplo, tiene un canto o unos sonidos muy conspicuos, de modo que desde el inicio de la inquietud de la investigación por parte del hombre, las aves siempre han sido protagonistas".

De ahí, que en las jornadas de CAMP Levante celebradas el pasado viernes en Vera, además de promover y fomentar el voluntariado de personas en el Levante almeriense para la conservación del litoral, el objetivo añadido era y es sensibilizar al ciudadano en pro de los pocos lugares de relevancia de importancia internacional y que aún permanecen bien conservados en el Levante almeriense.

Explicaba Mariano Paracuellos la finalidad de "poner en conocimiento del mayor número posible de público que, aún, en el Levante almeriense, existen lugares privilegiados que merecen la máxima atención, tanto de la conservación como del propio uso para la educación ambiental e incluso ofrecer un aprovechamiento turístico". En definitiva, dar a conocer estas zonas privilegiadas que aún permanecen vivas en el Levante. Entre otras cosas, a los voluntarios se les ha enseñado lo que son y el funcionamiento de las llamadas redes japonesas. "Son apenas visibles, verticales de un hilo muy fino, de modo que las aves que cruzan de un sitio a otro, de unos cañaverales a unas arboledas, al no detectar la trampa, caen y se enredan en la red". Es estrictamente prohibida para todo aquel que no tenga el permiso especial de anillador y severamente perseguida por parte del Seprona.

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