Almería

Visita de Sus Majestades para que los niños disfruten de la noche más misteriosa del año

  • Los Reyes partieron de la Alcazaba en camello y saludaron a todos desde el balcón de la Casa de las Mariposas.

Sobre las faldas de la Alcazaba y alrededores, el brillo de los ojos se ilumina de pequeños y mayores cuando empieza a bajar de este símbolo de la provincia la comitiva de los Reyes Magos de Oriente. Algunos niños boquiabiertos y otros con un dedo índice que intenta apuntar con la máxima puntería para cerciorarse de que lo que están viendo es real.

Recibir a Sus Majestades en la Alcazaba se ha convertido en una tradición que cuenta cada año con más adeptos. Si hay algo mágico, puedo serlo más si el entorno también lo es. Coger la mejor posición es una de las prioridades en este día y, en esta ocasión, no es para coger los caramelos que posteriormente se lanzan desde la Cabalgata, solo por el simple deseo de verlos de cerca.

La espera no fue lo agradable que podría haber sido por el viento, pero no había fenómeno meteorológico adverso que consiguiera echar por tierra la ilusión de los niños. La bajada de los Reyes Magos por la Alcazaba fue un momento de total expectación. Solo la presencia de Melchor, que llegó el primero, arrancó el aplauso de todos los presentes y el murmullo de voces infantiles que comentaban con sus padres ese momento tan especial que estaban viviendo.

Muchos de los pequeños estaban entiendo por primera vez lo que estaban viendo, y las preguntas eran continuas a sus progenitores para darle un sentido global a estos seres mágicos.

Los móviles se convertían en la tecnología que captaba ese momento. Sus Majestades de Oriente se dejan ver una vez al año y los mayores también querían inmortalizar ese momento, porque la ilusión perdura toda la vida. Ahora llega el momento social, enviar la foto por Whatsapp o colgarla en Facebook, Instagram o Twitter para que todo el mundo pudiera apreciar el espectáculo que se estaba viviendo en la Alcazaba.

Uno de los momentos más comprometidos fue cuando los Reyes Magos tuvieron que subirse en el camello. El momento en el que este animal, después de postrarse a los pies de Sus Majestades, se alzaba para comenzar el camino se vivió con tensión pero con la alegría final de que todo salió a pedir de boca. "¡No me he caído!", exclamó Melchor con una amplia sonrisa.

"¡Gaspar, Gaspar", los niños gritaban su nombre para que los saludaran o les sonriera, y los Reyes cumplieron sus deseos, demostrando su bondad y saber estar. La salida de la Baltasar era la más esperada, uno de los favoritos de los niños. "No seáis malos, esta noche que no se os olvide la leche y galletas", aconsejaban Sus Majestades.

Antes de llegar a Puerta Purchena donde saludaron a los niños desde el balcón del edificio de las Mariposas, recorrieron las siguientes calles a camello: Almanzor, La Reina, Arráez, Plaza de la Admón. Vieja, Mariana, Tiendas, y plaza Manuel Pérez.

Ya a la llegada, los Reyes contaron con un séquito de casi 500 personas para la Cabalgata, pero una voz en off contó la historia de los Reyes Magos que aparecieron junto al obispo de Almería, Adolfo González Montes, el alcalde de la ciudad de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, y por ahí se encontraba también el cantante David Bisbal con su hija.

Melchor, Gaspar y Baltasar recordaron, en sus palabras en la terraza de la Casa de Las Mariposas, que "el mejor regalo que vais a tener esta noche es el cariño de vuestras familias. Por eso, no sólo os hemos traído juguetes. Venimos a dejar alegría, esperanza, confianza e ilusión en el año que tenemos por delante hasta que volvamos a vernos".

Sus Majestades de Oriente tenían ciertos parecidos al actor Jesús Herrera (Melchor), al que fuera jugador y entrenador de la Unión Deportiva Almería, Francisco Rodríguez (Gaspar), y al directivo de Cruz Roja en Almería, Abdourahmane Niang (Baltasar).

El alcalde les ha manifestado que "me gustaría que en una noche tan especial todos nos acordáramos de los que peor lo están pasando, especialmente de aquellos niños para los que tener un humilde juguete ya es un sueño. Y no hay que irse muy lejos, seguro que todos conocemos a algún amigo, vecino o compañero de colegio que no tiene la suerte que tenemos nosotros. Por eso, me gustaría que todos los niños de Almería, cuando os vayáis esta noche a la cama, lo hagáis pensando también en cómo ayudar a los niños que menos tienen para que sean felices".

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