Almería

Los conductores almerienses, entre los que más intentan defraudar al seguro

  • Está por encima del 6,3% de intentos de estafa a las aseguradoras, liderando la estadística de la Fundación Línea Directa junto a Murcia y Jaén

  • Crecen las mafias destinadas al fraude con falsos accidentes 

Los conductores almerienses, entre los que más intentan defraudar al seguro

Los conductores almerienses, entre los que más intentan defraudar al seguro / EFE

Almería figura en todos y cada uno de los mapas del fraude que se elaboran en España (evasión de impuestos, contratos ilegales, enganches de agua y luz, facturas sin IVA, economía sumergida en definitiva...) y en el terreno de los seguros del coche no podía ser menos. La provincia almeriense mantiene desde hace ya algunos años el liderazgo, junto a Murcia y Jaén, en el número de intentos de los conductores en proporción a la población y es, además, la demarcación que intenta sacar mayor tajada de esos falsos siniestros con una media de 4.923 euros cuando el importe de las estafas es de 1.286 en España. Así lo recoge el 4º Barómetro del Fraude en el Seguro del Automóvil que ayer presentó la Fundación Línea Directa en Madrid. Almería colabora activamente en el agujero negro que se le está generando cada año a las aseguradoras provocando accidentes simulados, inducidos o directamente inventados. Hay conductores que circulan por el carril exterior de una rotonda causando deliberadamente la colisión con otros coches, vehículos que se empotran con un árbol para cobrar una indemnización por lesiones y hasta familias dedicadas profesionalmente a crear siniestros. Línea Directa ha valorado con preocupación que las mafias que estafan al seguro se han incrementado un 152% en los últimos cinco años, con más de 400 redes diseminadas por nuestro país, la mayoría con presencia en el sureste peninsular.

La radiografía de estas bandas pasa por la alta peligrosidad, el carácter muy jerarquizado y su objetivo de obtener indemnizaciones por daños corporales mediante el denominado "fraude carrusel" en el que se ven afectadas varias compañías. En Almería se destapó hace un par de años, entre otros, uno de los casos más impactantes en este terreno de la picaresca al detener agentes de la Guardia Civil a 16 personas en una presunta trama criminal acusada de provocar abortos y forzar accidentes de tráfico para defraudar a las aseguradoras. Estas redes organizadas suelen tener entre tres y cuatro cabecillas y los importes medios de las estafas superan los 12.000 euros por siniestro, diez veces más que la estafa cometida por particulares a título individual. La Fundación Línea Directa tiene claro que el fraude ha llegado para quedarse y una vez superada la crisis económica siguen siendo un mínimo de seis de cada cien los siniestros falsos que se declaran en España, una proporción que multiplica por 3,5 los engaños registrados en 2009. El 6,3% de los accidentes que declararon los españoles en la actualidad a sus aseguradoras son falsos, frente a sólo un 1,8% que se contabilizó hace menos de una década. El coste global para el ramo de automóviles sigue siendo escandaloso, nada menos que 833 millones de euros anuales, el equivalente al presupuesto del Pacto de Estado contra la violencia de género de los próximos cuatro años. El perfil del defraudador es el de un hombre entre 18 y 24 años con empleo precario o en el paro y, según la compañía, un 26% de los conductores sigue justificando el fraude y el 20% se muestra dispuesto a cometerlo. Según los datos de la patronal del sector, Unespa, uno de cada cuatro euros abonados por las compañías para atender a las víctimas se quedan en Andalucía, una prevalencia en el sistema de pagos muy superior al peso poblacional.

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