Almería

Cinco meses por amenazar con una navaja en el cuello a un soldado

  • El Supremo ratifica la condena impuesta a un cabo por unos hechos acontecidos en 2015 en la base 'Álvarez de Sotomayor'

El Supremo ha dictado el fallo.

El Supremo ha dictado el fallo. / D.A.

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo (TS) ha ratificado la pena de cinco meses de prisión por un delito de abuso de autoridad impuesta a un cabo del Ejército de Tierra que amenazó con rajarle la garganta a un miembro del Regimiento de Especialidades de Ingenieros número 11 de Salamanca. El fallo, consultado por Diario de Almería, recoge que dicha unidad se encontraba realizando del 9 al 22 de diciembre de 2015 una obra de adecuación de la zona de vida semipermanente del la base "Alvarez de Sotomayor" de Viator

Afirma que sobre la una de la madrugada del 17 de diciembre el cabo procesado entró realizando ruido en la camareta en la que dormían otros dos cabos y cuatro soldados, quienes se encontraban "con la luz apagada, en silencio y conciliando el sueño".

Asegura que el procesado entró en la camareta portando una cizalla en la mano y se acercó a la litera en la que dormía uno de los soldados, poniéndose a hablar con él, por lo que el el soldado que dormía en la cama de debajo de dicha litara se levantó y le dijo que parase, que se fuese y que los dejase dormir porque si no "su conducta tendría consecuencias".

Pasados unos minutos el cabo acusado volvió a entrar en la camareta y se acercó a la cama en la que dormía el soldado que le había reprochado su comportamiento, colocándole una navaja en el cuello, que apretó contra el mismo sin llegar a realizarle ningún corte. Al mismo tiempo le decía que él "no era ningún niñato, que él no era quien para decirle nada, que no sabía con quien había dado, que si sentía la navaja, que la próxima vez lo rajaría, que ahora ya no era tan valiente, que si sentía como se marcaba la navaja en su cuello".

Uno de los cabos que dormía en la camareta se bajó de su litera, encendió la luz, se dirigió al condenado, le bajó la mano y le dijo que se marchase contestándole éste que "sí porque se lo pedía él". Posteriormente cuando salió de la camareta el acusado, cerraron la puerta y pusieron el pestillo de la misma.

El soldado amenazado se quedó intranquilo, comentó a sus compañeros que "venía a trabajar y tenía que aguantar esto" y posteriormente tuvo "dificultad para conciliar el sueño, pasando mala noche y quedando preocupado desde ese momento". A primera hora de la mañana, este soldado esperó a que su superior, un sargento, se despertase y le comentó lo que le había ocurrido por la noche con el cabo procesado, quien "percibió que se encontraba molesto, impotente, con una actitud de rabia por lo que había ocurrido".

En la mañana del día 17 de diciembre de 2015 el cabo se dirigió al soldado diciéndole que "ya no estaba tan sobradito", si bien posteriormente, después de ser preguntado por el sargento acerca de lo ocurrido, reconoció que "se la había ido la cabeza" y se dirigió en diferentes ocasiones al soldado para disculparse por lo que había ocurrido, disculpas que presentó en algunas ocasiones ante diferentes testigos. En los días posteriores reiteró sus disculpas al soldado.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios