Almería

"En el momento que se pueda leer mi libro gratis en Internet, no escribiré"

  • El autor de 'La catedral del mar', número uno en ventas más de un año, defiende los derechos de autor: "Lo que yo he escrito es mío y si alguien lo quiere tiene que pagar"

En plena polémica por la defensa del Gobierno de los derechos de autor en Internet, el autor de La catedral del mar, una de las novelas más vendidas en nuestro país, Ildefonso Falcones reflexionó ayer en el Foro de Almería, organizado por Diario de Almería del Grupo Joly, sobre la red de redes y cómo afecta a la propiedad intelectual. El escritor y abogado barcelonés planteó que "en el momento que se pueda leer mi libro gratis en Internet, no escribiré". A juicio del autor de La mano de Fátima, que con apenas seis meses en el mercado ya ha superado el medio millón de ejemplares vendidos, aseguró que el trabajo del escritor requiere un esfuerzo tremendo, viajar a los lugares que se recogen en las novelas y gastar dinero y, por tanto, "los autores de libros deben tener una retribución". En este sentido, Ildefonso Falcones manifestó que "lo que he escrito es mío y si alguien lo quiere utilizar me tiene que pagar".

"Cuando vamos a la farmacia a comprar nadie pide el descuento de la propiedad industrial para no pagarle al que creó la fórmula de la aspirina. Ni tampoco los que alardean de coche dejan de pagar las tecnologías que se incorporan a los que las han inventado. Pero hay personas que quieren que con la literatura sea diferente, es su postura y no les importa el autor". El escritor catalán aseguró que no le cabe la menor duda de que en 10 ó 15 años se cambiará el soporte de la literatura y las generaciones de niños que ahora están en los colegios con portátiles recurrirán a Internet para leer libros. "El lápiz y el papel se quedarán para los románticos, ocurrirá como con los de mi edad que en su día decíamos que nunca desaparecería el vinilo y al año siguiente no lo volvimos a ver. Cuando se utilice ese soporte y la red proporcione el contenido gratuitamente tengo claro que yo gratis no escribiré, no sé si otros lo harán".

La mano de Fátima se construye sobre la tragedia que sufrió el pueblo morisco en la Andalucía del siglo XVI, en concreto en Las Alpujarras, al ser expulsados de España. Ildefonso Falcones habló ayer también del acontecimiento que marca su novela y cumple ahora su cuarto centenario. "Los moriscos llevaban 800 años en España y eran más de 300.000. Amaban nuestra tierra, trabajaban mucho más que los cristianos y se sentían súbditos del Rey. Fueron expulsados injustamente por motivos religiosos". La novela de Falcones transmite un mensaje de tolerancia y concordia y de ahí que el escritor sea partidario de la proposición no de ley presentada recientemente por el PSOE en el Congreso de los Diputados. "No es una compensación económica, más bien el reconocimiento de una injusticia. En el Código Civil hay una serie de privilegios en materia de nacionalidad para los filipinos, hispanoamericanos y sefardíes. ¿Por qué los moriscos no?. La sociedad debe conocer la historia tal y como fue, pero no hay que darle tanta importancia a las cosas. No podemos responsabilizarnos 400 años después de las injusticias que se cometieron en nuestro país".

Ildefonso Falcones asegura que los españoles están haciendo un "esfuerzo tremendo" por acoger a todas las culturas que vienen a nuestro país. "La integración sí es posible desde el punto de vista de los que estamos aquí, pero aún no sabemos si será posible desde el punto de vista del que viene". En este sentido, el escritor apunta que "tenemos que ser tolerantes, procurar la convivencia y la paz social, pero también tenemos que exigir con dureza que toda persona que viene aquí en ningún momento llegue a socavar los principios democráticos en los que fundamentamos nuestro derecho y convivencia social". Por último, el abogado apuntó que "en este país vamos a trompicones. Un día se habla del velo, otro de crucifijos, otro de los minaretes en Suiza. El Gobierno debería marcar la línea de libertad religiosa y dejar claro lo que no se puede sobrepasar".

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