Almería

La perjudicada aún no se ha recuperado: "Fue mucho daño, mucha injusticia y un golpe fuerte"

Resurrección Galera, expresó ayer su satisfacción por la sentencia del Tribunal Constitucional que señala que no debió de sufrir discriminación por sus circunstancias personales. Afirmó que la sentencia "es un paso muy grande", y añadió sentirse "como en una nube", y que "después de tantos años esta lucha ha servido de algo". La afectada, que vive en el municipio almeriense de Níjar, ha conocido la sentencia por los medios de comunicación y aún no ha pensado en volver a trabajar, si bien dice que no descarta nada.

Tras ser apartada de la docencia, Galera abrió junto a su marido, Johannes Romes, una casa rural en una finca ubicada en Níjar, negocio que aún regentan.

La sentencia es "positiva" porque es "pionera", como recalcó Galera, que se mostró convencida de que "creará jurisprudencia".

Según explicó Resurección, su intención es esperar a que el Juzgado de lo Social vuelva a dictar sentencia "teniendo en cuenta lo expuesto por el Tribunal Constitucional para decidir qué hacer", ya que es "una enamorada de la enseñanza".

Para la docente, la sentencia del Tribunal Constitucional es un "alivio" porque su despido fue "como cortarle brazos y piernas", según apuntó su marido.

La perjudicada asegura que aún no ha conseguido recuperarse de lo ocurrido, pues asegura que "fue mucho el daño ocasionado, mucha la injusticia y un golpe muy fuerte", como expresó tras conocer la sentencia.

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