"Basta ya. Existen alternativas. Por el Empleo y la Justicia Social" rezaba la pancarta que anoche abrió la manifestación convocada por los sindicatos UGT y Comisiones Obreras en la capital. Más de tres mil personas ocuparon el Paseo durante la protesta. Es esta la segunda demostración de fuerza que realizan los agentes sociales, tras la aprobación por el Gobierno de la reforma laboral que, según ellos, "no conducirá a la creación de empleo y, por el contrario, hará perder derechos a los trabajadores".

En un ambiente festivo, de forma ordenada -ya se encargaban de ello José Carlos Tejada de CCOO- los manifestantes corearon eslóganes contra el Gobierno central, contra la reforma laboral y contra todos y cada uno de los postulados que recoge. Aún así también hubo tiempo para la charla, para el reencuentro de viejos amigos y para la queja de algunos de los conductores que trataban de acceder al Paseo por la zona de Obispo Orberá o por cualquiera de las calles adyacentes y se encontró con todo cortado y una vía completamente inaccesible durante horas. La cabeza de la marcha partió en torno a las ocho y cuarto desde la Puerta de Purchena. Media hora más tarde aún quedaba gente en esta plaza, mientras que los primeros ya llegaban a la zona del Teatro Cervantes.

Además de los secretarios generales de los sindicatos convocantes, UGT y CCOO, en la marcha se pudo ver al secretario general de los socialistas, José Luis Sánchez Teruel -no en primera fila-, alcaldes como el de Vícar, Antonio Bonilla; exparlamentarios andaluces como Juan Antonio Segura Vizcaíno; la presidenta de la Asociación de la Prensa en Almería, Covadonga Porrúa y exalcaldes como Joaquín Navarro Imberlón, de Adra, ex diputado del PSOE Adolfo García, Rogelio Luis Mena diputado provincial o exdelegados de la Junta de Andalucía como Francisco Espinosa.

En materia de empleo, los sindicatos rechazan la presión a la baja sobre los salarios, el desmantelamiento de la protección social, la flexibilización del mercado de trabajo, la privatización de los servicios públicos, el recorte de las pensiones, la exclusión social, el cuestionamiento de la negociación colectiva y del diálogo social, y un reparto injusto de los esfuerzos, puesto que los trabajadores están pagando un alto precio.