Cádiz - ud almería | la crónica

El cerrojazo y San René dan un punto (0-0)

  • Lucas apela al 'catenaccio' en el Carranza tirando de fútbol pragmático y suma un punto gracias a la inspiración de su portero

  • Solo Gaspar lleva cierto peligro en el Almería

  • A Barral se le hace pequeña la portería

René se lanza a por un balón presionado por el almeriense del Cádiz Dani Romera.

René se lanza a por un balón presionado por el almeriense del Cádiz Dani Romera. / Fito Carreto

Consciente de que al equipo de Cervera le cuesta generar fútbol cuando es protagonista, Lucas Alcaraz le cedió el esférico de forma descarada desde el inicio, pertrechando a sus huestes bien replegadas atrás anteponiendo dos claras líneas defensivas, la propia zaga y la medular, ayudadas por Hicham y Juan Muñoz en tareas de presión.

Sorprendía de incio la alineación del marroquí y del sevillano para suplir a Pozo y Soleri, si bien todo obedecía al plan preestablecido por el técnico granadino en su intento de cerrar espacios por bandas y por dentro con jugadores sacrificados en dicha labor.

En ese contexto de partido, sin mucha lucidez sobre el terreno de juego, apenas destacaron los destellos de Gaspar, muy implicado en labores de retaguardia frenando las acometidas de Álvaro García por su costado y con la gasolina suficiente para intentar hacer cosquillas arriba, como demostró al borde del descanso inventándose el único disparo a puerta del Almería en todo el partido con un zurdazo desde el balcón del área que obligó a Cifuentes a repeler un balón que llegaba a sus dominios con bastante violencia.

El Cádiz tenía el control del juego, lo que tampoco se tradujo en generación de ocasiones de peligro sobre la meta de René. Ninguna reseñable en elaboración de jugada durante el primer acto, esperando al fallo de turno de los rojiblancos. Hubo uno de Trujillo en el despeje al cuarto de hora de juego que Eugeni no supo aprovechar y otro en la marca sobre el propio Eugeni en el 40' que se saldó con un mal control del mediapunta cadista.

A falta de fútbol, el juego se tornó brusco por momentos, viendo sendas cartulinas Gaspar y Eugeni, que en el caso del jugador local bien pudo costarle la roja si el colegiado Sagués Oscoz decide enseñarle la segunda tarjeta en el 35' por un agarrón continuado sobre Gaspar. Nano, tras un rifirrafe con Correa, también la veía de forma infantil en el 38' al entrar en las provocaciones de su oponente, borrándose de paso para recibir al Albacete al acumular cinco en su cuenta particular.

Rubén Alcaraz disputa un balón aéreo con Barral. Rubén Alcaraz disputa un balón aéreo con Barral.

Rubén Alcaraz disputa un balón aéreo con Barral. / fotos: lfp

El decorado no varió en exceso tras el paso de los equipos por vestuarios, si bien el Cádiz, obligado por sus objetivos clasificatorios de pelear por el ascenso directo, incrementó las acometidas sobre el área unionista volcándose por la banda del desequilibrante Álvaro García, que tuvo en Verza a su mayor pesadilla.

El oriolano leyó mejor que nadie el guión del partido desde el pitido inicial y supo interpretar a la perfección su papel de contención en la media, transformándose en lateral o central tan pronto como la situación lo requería para salvar de más de un apuro a la zaga indálica, providencial en el corte para abortar acciones prometedoras.

Más por empuje que por juego hilvanado, el Cádiz fue ganando metros como si de un partido de rugby se tratase conforme las reservas físicas de los almerienses se encaminaban hacia el agotamiento y de ese modo empezaron a encontrar los primeros caminos hacia Barral.

El delantero gaditano tuvo en sus botas hasta tres ocasiones con marchamo de gol. Un cabezazo ajustado al palo a centro de Álvaro García, un zurdazo raso que se marchaba rozando el poste y un remate a bocajarro que René despejó al cielo en otra intervención milagrosa.

El meta de El Bosque volvió a convertirse por enésima vez (ya se ha perdido la cuenta en lo que va de temporada) en el salvador de su equipo con una actuación inspirada al meter una mano de intuición y reflejos cuando todo el Carranza cantaba gol a falta de diez minutos para el final al cabecear Garrido un balón bien tocado desde el saque de esquina por Álex Fernández.

Alcaraz, que ya había metido en el campo a Lass y Caballero en sustitución de Nano y Juan Muñoz buscando un efecto refresco que no llegó a producirse porque los reservas no mejoraron el nivel de los titulares, quemó las naves a falta de cinco minutos del final dando entrada a Tino Costa, por aquello de si caía una falta al borde del área.

Pero claro, para que eso se produzca primero hay que llegar y a esas alturas el Almería estaba más centrado en seguir achicando espacios y perder tiempo. Un punto amarrategui pero un punto al fin y al cabo.

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