Laliga 1,2,3 | ud almería - cultural leonesa

Pozo frota una vez más la lámpara (2-1)

  • Una genial asistencia del malagueño sirve en bandeja el 1-0 a Gaspar

  • Alcaraz pone el 2-0 desde el punto de penalti

  • Rodri falla para los leoneses un penalti con 0-0

  • Samu hace el 2-1 en el 60' y el Almería acaba apurado

La grandeza de un deporte colectivo como el fútbol radica en que la genialidad de un solo jugador puede sacar a un equipo de la mediocridad para destellar brillantez. Si hace una semana a Rubén Alcaraz le poníamos el cartel de ser la mitad del Almería, justo es reconocer que Pozo acapara la otra mitad. O, tirando de equidad, que el Almería del curso 17-18 será recordado por tener en su columna vertebral a esos dos genios y a René en la portería, con cuota del 33% para cada uno.

El malagueño volvió a frotar su lámpara para inventar una asistencia de escuadra y cartabón tras caracolear por el balcón del área en busca del hueco necesario que dejaba a Gaspar solo ante la desesperada salida de Palatsí, batiéndolo con un zurdazo raso y seco.

Fue a los veinte minutos, pero antes se habían producido varios lances dignos de mención. Lucas le dio continuidad al mismo once de Sevilla y el Almería dispuso de la primera ocasión a los cinco minutos, con los papeles del gol invertidos. En esa primera tentativa el pase fue de Gaspar para Pozo, que se adentró en el área con amagos y recortes para toparse con Palatsí en el remate.

La Cultural, fiel a la filosofía suicida de Rubén de la Barrera, saltó en modo ofensivo y exponiendo mucho en defensa. El plan estuvo cerca de salirle bien si a los diez minutos René no hubiera detenido el absurdo penalti cometido por empujón de Morcillo sobre Ibán Salvador, que ejecutó el exrojiblanco Rodri al pedirlo para sí pese a no ser el especialista designado.

En ese instante delicado la figura del arquero gaditano volvió a agigantarse para abortar una nueva pena máxima, como ya hiciera en el enfrentamiento ante el Lugo, permitiendo al equipo no tener que nadar a contracorriente desde bien temprano.

A raíz del tanto el Almería acrecentó su dominio y Soleri estuvo cerca de estrenarse como goleador al burlar la salida a destiempo de Palatsí, pero disparó esquinado con escaso ángulo y el balón fue alejándose de la línea de gol. Los locales se sentían cómodos y al filo del descanso forzaban un penalti.

Visto repetido, lo cierto es que a Iza le golpea el balón en el brazo, pero no lo es menos que en ese momento se gira y está de espaldas sin intención de cortarlo. Eiriz Mata, caprichoso en la concesión de algunas faltas (a Rubén Alcaraz lo sacó de quicio) lo indica y el medio catalán no falla desde los once metros con la templanza de lanzarlo al centro.

Dicen muchos entrenadores que el resultado más peligroso al descanso es un 2-0, por la relajación que genera en el equipo que va en ventaja. El Almería estuvo cerca de cumplir ese axioma al fallar Soleri la ocasión del 3-0 por no saber atacar bien un buen pase de Pozo al corazón del área en el que la zaga leonesa estuvo más atenta.

Sin sentencia, empezó el sufrimiento. Viendo a Lass poco participativo, Lucas retiró al guineano del terreno de juego para dar entrada a Hicham, juntando en el ataque indálico a cuatro sub-23 (Soleri, Pozo, Gaspar y el propio hispano-marroquí), con otros tres púberes guardándoles las espaldas (Sulayman, Joaquín y Pervis). En otras latitudes a eso le llaman filial.

De la Barrera tampoco se cruzó de brazos y deshizo el cambio que había realizado al descanso de Moutinho por Albizua, para retirar al suizo y dar entrada a Samu Delgado, que en el primer balón que tocaba recortó distancias en el marcador remachando un buen centro de Iza desde la derecha, que a su vez había recibido un buen envío de Rodri desde el otro extremo opuesto del área.

Instantes después un providencial corte de Motta jugándose el penalti evitaba la penetración de Viti para plantarse solo ante René. El Almería se arrugaba y asumía que le tocaba pasar por apuros. Pozo pudo acabar con la congoja en una contra bien conducida por Gaspar que el malagueño malograba al elegir mal el momento de la culminación.

La Cultural aún gozó de dos ocasiones para arrancar al menos un punto. Un cabezazo de Ibán Salvador que puso en aprietos a René y un remate a media vuelta de Rodri que obligó al arquero a presumir de reflejos con un paradón. Lucas está sacando petróleo de una pandilla de niños...

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