UD Almería-Valladolid

Quiero y no puedo ante un aseado Valladolid (1-1)

  • Gol tempranero del Almería obra de Verza neutralizado por Mata en un penalti inexistente

  • Aprietan a por el 2-1 y por poco no llega el 1-2

Los jugadores del Almería celebran el tanto de Verza.

Los jugadores del Almería celebran el tanto de Verza. / Javier Alonso

La tarde prometía en el Mediterráneo cuando, con muchos espectadores todavía cruzando los tornos de acceso en busca de su localidad, Verza rememoraba al de sus mejores tardes conectando un zurdazo desde la frontal a bote pronto para batir a Masip aprovechando un rechace tras saque de esquina. Era el minuto 2 de partido y encaminarlo así indicaba al menos que los pupilos de Ramis estaban dispuestos a dejar atrás la mala imagen ofrecida en la anterior cita casera frente al Huesca.

Llegaban los rojiblancos a la cita sin Morcillo, pero sobre todo sin Tino Costa ni Pozo, lo que hacía presagiar un enfrentamiento complicado ante un Valladolid en forma que pronto evidenciaba la reacción tras verse golpeado a las primeras de cambio. Justo en la acción siguiente al tanto de Verza era el griego Gianniotas quien se perfilaba desde la banda diestra buscando el interior para golpear de zurda al travesaño.

Ese fulgurante arranque hacía presagiar un choque eléctrico y cargado de ritmo, pero al poco entró en una fase de tanteo en el que se abusó del centrocampismo hasta prácticamente el ecuador del primer acto, cuando Óscar Plano disparaba raso y algo desviado en busca del empate. A esa ocasión le siguió una contra finalizada por Gianniotas con disparo repelido a córner por René.

Al Almería, con Mandi ejerciendo de bulldozer en la media y tanto Verza como Alcaraz intentando generar juego, no se le veía incómodo sobre el terreno de juego con las acometidas blanquivioletas pero una internada del lateral zurdo Ángel por la banda de Fran Rodríguez (cuál si no) iba a culminar en piscinazo del pucelano al notar que Nauzet llegaba por detrás y le lanzaba la pierna.

Vicandi Garrido se tragó el anzuelo y decretaba una pena máxima que el pichichi Mata no iba a desperdiciar pese a que el golpeo le salió bastante centrado. No iba a ser la única acción polémica del primer tiempo, ya que antes del descanso René pudo cometer penalti al propinar una patada sobre Gianniotas cuando éste le presionaba en una comprometida cesión de Owona y en el área visitante Caballero también reclamó un agarrón de Borja dentro del área.

La sensación al descanso es que cualquier cosa podía ocurrir tras la reanudación. Y lo primero que aconteció fue que Caballero solicitaba la sustitución aquejado de molestias en la zona del pubis, ocupando su puesto Juan Muñoz. El sevillano gozó al poco de entrar de la mejor ocasión rojiblanca para haber concretado el 2-1, pero su gran movimiento dentro del área para deshacerse de dos contrarios se topó con el cuerpo de Masip, prolongándose una jornada más la mala racha de ambos arietes.

No fue el único contratiempo que tuvo que afrontar Ramis, viéndose obligado a dar entrada a Motta por Verza a falta de un cuarto de hora al verse aquejado el oriolano de problemas musculares, mientras Mandi aguantaba el tipo con evidentes gestos de andar también tocado.

Ante ese panorama la noticia positiva fue que el Almería no se achantó y buscó el tanto de la victoria, si bien los cambios efectuados por Luis César Sampedro refrescaron a su equipo, sustituyendo a toda la línea ofensiva que secunda a Mata, ganando en frescura con Ibán Salvador, Toni Villar y, sobre todo Hervías.

En esos minutos de mayor agobio local se produjo la ocasión más clara de toda la segunda parte cuando Mata se revolvía en el área pequeña para sacar un trallazo que encontró la felina respuesta de René, metiendo una manopla salvadora para desviar la trayectoria del esférico al larguero.

Apenas le quedaban diez minutos al encuentro pero la última palabra no estaba dicha y el Almería redobló sus esfuerzos al punto de casi embotellar a los castellano leoneses en sus dominios. Baste apuntar un fuerte disparo de Fran con trayectoria envenenada que desviaba Mata y un cabezazo de Joaquín despejado por la zaga.

Había opciones de tocar a rebato cuando el colegiado vasco dio cuatro minutos de añadido, pero entonces a Fidel se le cruzaron los cables, en otra inexplicable pérdida de papeles que le va a costar al equipo su ausencia el próximo domingo frente al Reus. El onubense reaccionó airadamente empujando a Ibán Salvador por darle un pelotazo a Juan Muñoz con el juego ya parado y vio la roja. Al perro flaco se lo comen las pulgas...

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