Andalucía

Chaves zanja el debate sucesorio al ofrecerse como candidato en 2012

  • Impulsará cambios en las direcciones provinciales del PSOE-A a consecuencia del 9-M · Nuevas políticas de inmigración, urbanismo y de atención a la clase media · Augura un acuerdo "multilateral" sobre financiación

El PSOE de Andalucía cuenta ya con un candidato para las elecciones autonómicas de 2012. No hay novedad, por el momento. Manuel Chaves quiso zanjar ayer el incipiente debate sobre su sucesión al manifestar -tras seis mandatos consecutivos y a sus 63 años- su disposición a repetir nuevamente como cabeza de lista. Lo hizo ante los dos centenares de integrantes del Comité Director, el máximo órgano de dirección de los socialistas andaluces entre congresos, ante quienes subrayó la importancia del doble triunfo electoral del pasado 9 de marzo, pero ante los que reconoció también la existencia de "puntos débiles y errores" que deben ser corregidos, tanto en el plano de organización del partido como en la estrategia de gobierno de la comunidad.

El mensaje lanzado a los cuadros directivos del partido fue una llamada a la renovación de ideas ante una sociedad andaluza que ha venido dando su apoyo al PSOE ininterrumpidamente desde 1982, pero que también demanda soluciones ante la aparición de nuevos retos y problemas. "El PSOE debe seguir siendo el punto de referencia de la vida pública", dijo Chaves, quien afirmó que el trabajo para ganar los comicios dentro de cuatro años comienza de inmediato.

¿Quién debe liderar ese proceso? ¿Le afectará también a él esa renovación? Fue el propio Chaves, en plena campaña electoral, quien abrió involutariamente el melón al mostrar sus preferencias por que sea una mujer quien le tome el relevo, pero también es consciente de que la duda desestibiliza al partido y alimenta la sensación de que el nuevo mandato es una suerte de prejubilación. Ayer dio marcha atrás con ánimo de dar por cerrado el debate: "El objetivo es ganar las elecciones de 2012 y para eso me tenéis a vuestra disposición", dijo entre el aplauso cerrado de los asistentes.

A modo de declaración de principios sobre la relación con la oposición, el presidente en funciones afirmó que "ni el Parlamento ni el Gobierno pueden ser una trinchera" para el PSOE y anunció que ofrecerá al PP acuerdos en torno al desarrollo de las leyes previstas en el Estatuto -especialmente, las que regularán la cooperación con los ayuntamientos-, la cuantificación de la deuda histórica, la elección del director general de RTVA y el modelo de financiación autómica, aspecto este último sobre el que aseguró que existe una sintonía total con el Ejecutivo de Zapatero.

Frente a la posición de los nacionaliatas catalanes, incluido el PSC, que al amparo del Estatut defienden una negociación bilateral con el Gobierno de la nación a la hora de distribuir los recursos financieros, Chaves subrayó que habrá un sistema de "financiación multilateral" con el concurso de todas las comunidades autónomas.

"Se habla mucho de balanzas fiscales -la recaudación de impuestos en cada comunidad y lo que el Estado da a cada una de ellas- y no tenemos temor a que se publiquen todas [...], pero el sistema de financiación no se puede hacer en función de ellas. Ésa es una posición compartida por el Gobierno de la nación", sentenció.

En su interveción cargó también contra quienes cuestionan la existencia en Andalucía de un sistema democrático y quienes ponen en solfa la victoria del PSOE, recordando que ya en 1994 y 1996 algunos dieron por concluido el periodo de gobierno socialista.

Eso no quiere decir que no haya que hacer cambios. La lectura realizada por la dirección socialista de los resultados del 9-M determina que para poner freno al avance del PP -que ha ampliado el espacio electoral que tuvo en el año 2000 y que prosigue su avance en el medio urbano, especialmente en el litoral- hace falta "ajustar el discurso" y analizar cuatro factores que fueron desgranados por Chaves: la inmigración, la ordenación del territorio, la relación una clase media cada vez más amplia con el fin de responder a sus necesidades y, finalmente y de puertas adentro, "reforzar" las direcciones del partido en algunos territorios, lo que se traducirá en el relevo de algunos responsables provinciales.

Esta alusión y algunas informaciones periodísticas llevaron a que en el turno de intervenciones posterior -a puerta cerrada y ya sin la presencia de periodistas- la secretaria general del PSOE de Málaga, Marisa Bustinduy, cuestionase que la solución para mejorar los resultados electorales del partido en su provincia pase por un "cambio de personas", mientras que en Almería, por ejemplo, se apuesta por un "cambio de discurso", informaron algunos de los asistentes a Europa Press. Chaves, que cerró con una intervención final la reunión, quiso aplacar la polémica declarándose "responsable" de los resultados del PSOE en toda Andalucía.

"¿Tenemos capacidad para corregir los puntos débiles y los errores?", se había preguntado previamente. La respuesta estará en la acción de su nuevo Gobierno, cuya composición no desvelerá hasta finales de abril, y que marcará sus objetivos en la creación de empleo -especialmente el femenino-, la inversión en investigación y desarrollo para equipararla al 3% del PIB andaluz, la mejora del sistema educativo con apoyo a los profesores y de la educación de cero a tres años, la ampliación del sistema de ayuda a los dependientes, la aprobación de la ley de acceso a la vivienda o la modernización del sistema energético andaluz orientándolo hacia fuentes renovables.

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