soltando grillos

El funcionario que acierta todos los nombramientos

  • España es uno de los países donde más trabajadores de una institución dependen del Gobierno de turno, ya que acceder al poder permite múltiples modalidades de contratos de personal de confianza

El funcionario que acierta  todos los nombramientos

El funcionario que acierta todos los nombramientos / rosell

Hay un chiste muy viejo que me encanta. Se trata de un señor que llama a un buen amigo, presidente del tribunal que tiene que valorar a los candidatos para un puesto de trabajo y le pide que haga todo lo posible para que su hijo sea el seleccionado. Llega el día del examen y entra al aula el enchufado. Le hacen la primera pregunta y el chico mira para un lado, para otro y no tiene idea alguna de la cuestión que le plantean, por lo que ni siquiera abre la boca. En la segunda pregunta ocurre otro tanto de lo mismo. Sigue sin tener ni idea y se mantiene callado. Llega la tercera cuestión, ya definitiva. Y el joven sigue sin saber nada de lo que se le pregunta. En ese momento, el presidente del tribunal se pone muy serio y le dice al candidato enchufado. ¿Usted cree que se puede conseguir este puesto sin tener ni idea de nada y sin abrir la boca en el examen?... Y el propio presidente se responde asimismo: "Pues se va a poder hijo, se va a poder".

Tras cuarenta años de democracia, las administraciones aún no han sido capaces de garantizar un sistema de acceso al empleo público que cubra sus plazas por mérito, igualdad y capacidad. Siguen existiendo las más variadas modalidades para colocar en las instituciones a un buen número de personas sin pasar por concurso u oposición alguna y sin más cualificación que la de pertenecer al partido que está en esos momentos en el Gobierno. De ahí que, por la puerta de atrás de la cacareada carrera administrativa, se sigan colando procedimientos que se saltan a la torera los escalones de la función pública desde la cercanía al poder o desde la complicidad hacia el responsable político de turno. Y esos empleos, que debían concluir al expirar el mandato del Gobierno que le propuso en el cargo, sigue permitiendo puestos de trabajo de por vida tras concursos hechos como el que encarga un traje a medida. Hace unos años hubo una sonora polémica con un concejal de un municipio de Málaga que decidió contratar a su hija de cargo de confianza. Cuando se le cuestionó por la iniciativa, fue rotundo en su respuesta y dijo: "No entiendo la crítica, puede haber alguien de más confianza para mí que mi propia hija". Y así se entiende muchas veces el mérito y la capacidad del empleo público. Hay tantos ejemplos de padrinaje que resultan inabordables en un artículo tan corto, pero me van a permitir recordar otro realmente llamativo. En el año 2014, se montó un buen jaleo en el Tribunal de Cuentas por un asunto de colocaciones. Paradojas de la vida, este tribunal es el organismo encargado de fiscalizar a los partidos políticos y a las instituciones públicas en la gestión del dinero de todos. Con una plantilla de poco más de 700 trabajadores, se descubrió que casi un centenar de ellos eran familiares de altos cargos de la propia institución y de sus representantes sindicales. Desde el actual presidente hasta los responsables del comité de empresa, pasando por consejeros y conocidos políticos tenían entre la plantilla del tribunal a esposas, cuñados, concuñadas, primos carnales, hermanos, sobrinos, hijos, nueras, yernos e incluso a amigos de la infancia. También había parejas sentimentales, para que no faltara de nada.

Siguen existiendo variadas modalidades para colocar en las instituciones

España es uno de los países europeos donde más trabajadores de una institución dependen del Gobierno de turno, ya que acceder al poder permite múltiples modalidades de contratos de personal de confianza o de libre designación. Este asunto ya resulta un bochorno en demasiados casos, pero todavía es más lamentable cuando alcanza también los niveles funcionariales de la Administración, donde se premia la afinidad política por encima de la cualificación profesional.

Por todas estas cosas, tengo especial simpatía por aquellas personas que, por integridad y por creer en la legalidad, se convierten en un azote de la administración cuando está convencida de que, esta última, actúa de manera discrecional y haciendo de su capa un sayo. Uno de ellos se llama Wenceslao Alonso Nieto. Lleva 17 años trabajando en el Ayuntamiento de Málaga como administrativo y le ha ganado ya ocho juicios al Consistorio de la ciudad, dos de ellos con sentencias firmes del TSJA. ¿Y de qué van sus denuncias? Muy fácil: de la adjudicación de plazas en el Ayuntamiento sin concurso de mérito alguno y aprovechando distintos vericuetos legales. O lo que es lo mismo, a través de procedimientos de provisionalidad o de comisión de servicio que terminan eternizándose, y donde queda en el cajón del olvido esas cosas de la igualdad, el mérito, la capacidad y la publicidad en las convocatorias.

Por sus reclamaciones y denuncias, que incluyen algunas que les afectan directamente, le abrieron un expediente disciplinario que fue archivado en su día. Wenceslao Alonso sigue en sus treces. Se sacó su licenciatura de Derecho mientras trabajaba en el Consistorio, se representa asimismo en los juicios y ha decidido crear hasta una sección sindical para impugnar las convocatorias municipales de plazas sin concurso.

Con todo, el mayor mérito de este funcionario es su capacidad adivinatoria. Cada vez que el Consistorio de Málaga anuncia que va a realizar cambios en algunas jefaturas o altos puestos municipales, Wenceslao Alonso se va a un notario y levanta un acta con los nombres de las personas a las que les van a adjudicar ese cargo. Su último acierto fue con el interventor general del Ayuntamiento. Se presentaron seis candidatos y salió el que Wenceslao había adelantado. Era la décima vez que acertaba en sus predicciones ante notario. ¿Se puede acertar más veces?... Pues como diría el presidente del tribunal que tenía que colocar al amigo de su hijo: "Pues se va a poder hijo, se va a poder". Sólo es cuestión de esperar el anuncio de la próxima convocatoria.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios