de libros

Fisiología del amor

Cumplidos los 18 años, Leopardi emprende algo que podríamos llamar, bajo el amparo de Brillat Savarin y su Fisiología del gusto, una breve fisiología del amor, no por ello menos exacta, y que nos llena de una particular zozobra. No se trata de una anatomía ni de una fisonomía (no se trata, como diría Ortega, de trazar el "dintorno" del amor y su hechizo); se trata, con mayor precisión, de explicar tanto la celeridad del enamoramiento como la lenta y dolorosa digestión que conduce, inevitablemente, al olvido.

En esta indagatoria, tan científica como poética, Leopardi se sirve de dos vías complementarias: las entradas de su diario, escritas en la segunda mitad de diciembre de 1817 (es el día 14 cuando el joven Giacomo anota el tierno mordisco de la desesperación, tras conocer una hermosa prima de su padre), y un largo poema, luego recogido en los Cantos, que lleva por título El primer amor. Es esta doble fuente de información quien nos anuncia dos de las virtudes -o el infortunio bicéfalo, según prefieran- que rige la obra del poeta de Las Marcas: su extraordinaria lucidez y una enorme capacidad para la amargura. A ello debe sumársele una cualidad que excede la voluntad del poeta y que debe incluirse en la Historia cultural del XIX: esa melancólica soledad, hoy inconcebible, en la que el hombre se forma y se interroga, sentado sobre sus propios despojos. Quiere decirse que en la poesía de Leopardi se presupone, se oye con facilidad el silencio. Un silencio que, a su vez, determina e impele la conciencia febril del poeta. Este Leopardi púber que firma El primer amor es también la fina inteligencia que analiza y digiere, fisiólogo de sí mismo, el desconcierto y el vértigo del amor, que migra ante sus ojos del escalofrío a la nada.

Es todo un mundo el que piensa y se estremece con Leopardi cuando el joven genio se asoma a la brusca hendidura de la pasión. Un mundo estático, que respira como una bestia amiga, y en cuyo seno el hombre se interroga sobre sí, acuciado por el sobrio mutismo de las cosas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios