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Y Acasiete metió la caña

  • En la recta final El Almería se impuso al Villarreal jugando en superioridad pero sin mostrarse superior gracias a un tanto del central peruano Expulsión El meta del Villarreal Diego López vio la roja en el 16'; Álvaro Negredo falló la pena máxima

El Almería ha jugado partidos buenos, malos y regulares. El de ayer podría clasificarse entre los últimos, ya que pese a sumar tres puntos que consolidan la permanencia, el equipo no anduvo lo suelto que acostumbra y logró el triunfo en superioridad.

Los de Emery se toparon a las primeras de cambio con parecido escenario que hace una semana en el Vicente Calderón, pero con una importante salvedad: esta vez era el rival el que se quedaba con diez. La expulsión de Diego López al cuarto de hora de juego beneficiaba los intereses rojiblancos, que en esos primeros compases ya habían dado algún puyazo a través de Negredo, refrendando su predisposición de ser protagonistas en el juego.

El guardameta visitante, suspiro de Capello en su última etapa blanca, demostró que lo suyo no es el juego con los pies y un fatídico control ante la inocente cesión de un compañero terminó en claro derribo dentro del área al veloz Crusat, que andaba por allí.

Negredo situó el balón en los once metros, armó su zurda y lo mandó al solar más cercano de los muchos que rodean el Estadio Mediterráneo. La docena del vallecano debía esperar, pero el equipo no acusó el golpe y continuó a la carga.

En esas estaban cuando alguien recordó que el imberbe portero recién entrado en el campo sustituyendo a Rossi debía estar nervioso, por lo acelerado de su debut. En efecto, Juan Carlos, meta del filial amarillo, mostraba todos los síntomas del canguelo y, aunque eso no se apreciara, la sudoración porosa iba en aumento.

La sensación quedó corroborada por su dubitativa intervención inicial a un disparo de Crusat, que volvió a recordar al de sus mejores tiempos. Juan Carlos, con nombre de defensa azulgrana más que de arquero, repelió con manos de mantequilla y luego la ligereza de Negredo en remachar se vio frenada por la situación antirreglamentaria que ocupaba el pichichi local.

Antes del descanso, el merecido 1-0 pudo haber subido al marcador, pero el lanzamiento de Mané se topó en esta ocasión con la buena respuesta del novato, que metió la manopla para despejar a córner. Todo estaba igual que al inicio, pero el Almería sabía que tenía por delante 45 largos minutos en superioridad.

La táctica del desgaste fue suficiente. Las continuas acometidas de Negredo, una presencia inquietante entre Gonzalo y Cygan, puso los cimientos de un gol que tal vez tardara en exceso en llegar. Antes de ello hubo incluso tiempo de reclamar una jugada mal anulada a Soriano cuando el maño se encontraba sólo en el área pequeña por un fuera de juego que únicamente vio el asistente de Turienzo.

El Villarreal pensaba en el punto que lo mantendría igualado con el Barça más que en lanzarse a la épica suicida y terminó pagándolo caro. Todo se gestó como casi siempre; es decir, desde el saque de esquina. Corona la tocó para José Ortiz, que sacó un centro imposible con la zurda rematado por Paunovic y repelido por Juan Carlos. Acasiete, con la caña presta, sólo tuvo que empujar.

Tras el mordisco del lobo, los de Pellegrini trataron de reaccionar y Eguren tuvo el empate, pero Diego Alves volvió a reivindicarse como el gran portero que es.

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