Desde horas antes al anuncio de la destitución de Luis Miguel Ramis el domingo por la tarde-noche el móvil de Alfonso García ya echaba humo con ofrecimientos de los representantes de turno para colocar al técnico más bueno, bonito y barato.

Poco creyente en la figura del entrenador y cansado de no acertar con las últimas apuestas, el máximo accionista rojiblanco prefiere tomarse con cierta calma la designación del nuevo inquilino del banquillo para no incurrir en errores por culpa de los malos consejos que suelen traer las prisas.

Para evitarlo, en la medida de lo posible, ha pedido a su equipo deportivo que se ponga manos a las obras para cotejar a todos los postulantes. En ese contexto se explica la presencia de Raúl Lozano, su asesor deportivo desde que en verano se remodelase la dirección deportiva con el aterrizaje de Miguel Ángel Corona en el cargo y de Ibán Andrés en la secretaría técnica.

El consejo de fichar a Ramis dado en su día por Lozano salió bien (sirvió para obtener la permanencia) y el presidente habría encomendado al salmantino la nueva misión. Varios nombres han saltado ya a la palestra, sin que hasta el momento el club haya decidido nada en firme. Lucas Alcaraz suena por su experiencia en la categoría y conocimiento del club, pero también perfiles dispares como el de Pacheta, Rubén Baraja o José González.

Incluso se habría pensado en el Pitu Abelardo, sin equipo desde que dejó el Sporting y buen amigo de Lozano. Los altos emolumentos del gijonés a priori obstaculizarían la operación.