El Real Madrid se clasificó ayer para la final del Mundial de Clubes al ganar al Al Jazira después de sufrir mucho más de lo previsto tras errar más de una decena de ocasiones claras de gol.

El conjunto blanco reservó a Carvajal, Kroos y Sergio Ramos, pero presentó un once de plenas garantías ante un rival visiblemente inferior. Jugó en campo contrario casi siempre y generó oportunidades más que nítidas.

Los remates se sucedieron. De Cristiano Ronaldo, de Benzema, de Modric... Y el resultado fue el mismo: paradas inverosímiles de Ali Khaseif. Y cuando no apareció la mano salvadora del guardameta, surgieron los palos. Dos concretamente.

También hubo polémica por cortesía del videoarbitraje, el ya famoso VAR. A los 32 minutos hubo un remate extraño de Casemiro y el árbitro, el brasileño Sandro Meira, lo anuló. Luego lo dio y después lo volvió a anular por un fuera de juego de Benzema, que no intervino directamente en el remate. Un lío. El partido estuvo cuatro minutos parado y el Real Madrid se desconectó por completo. Y Al Jazira lo castigó. A los 39 minutos, el equipo blanco cometió varios errores absurdos en cadena y Romarinho lo aprovechó para dar la sorpresa antes del descanso.

La segunda mitad comenzó con el VAR como protagonista. Otra vez. Al Jazira marcó, pero el videoarbitraje lo anuló por un fuera de juego, que fue. Una ocasión inmejorable para los locales.

Este nuevo aviso despertó al Real Madrid, que marcó a los 54 minutos. Modric sirvió un buen balón y Cristiano marcó con un disparo inapelable. Zidane dio entrada a Marco Asensio y Lucas Vázquez para jugar el último cuarto con la pretensión de abrir el campo por las bandas. Los remates se sucedían, pero el gol no llegaba. Y el dominio blanco se transformó en asedio. Bale entró a los 80 minutos y lo primero que hizo fue decidir el pase del Real Madrid a la final.