Fútbol l Primera División (34ª jornada)

El Barcelona arroja la toalla

  • La inoperancia lleva a los azulgranas a fijarse la segunda plaza como objetivo

Un nuevo tropiezo del Barça, esta vez un empate a cero goles contra el Espanyol en el Camp Nou, encara al conjunto barcelonista hacia un único objetivo hasta el final del campeonato: la segunda plaza de la Liga. El Barcelona sumó un punto pero en realidad fue el séptimo de los veinticuatro últimos que ha disputado en la Liga, un bagaje insignificante para un conjunto que pretendía echarle un pulso al Madrid en la recta final de la Liga para disputarse el título.

Al final del partido, el Camp Nou volvió a dar un recital con el pañuelo al aire, aunque en esta ocasión el gesto común fue más para castigar el celo del árbitro con las tarjetas y por haberse mostrado tan flexible ante la pérdida de minutos por parte del Espanyol, que a falta de un cuarto de hora para el final dio por terminado el choque y entró en una dinámica de dinamitar el partido.

El Barcelona se sintió muy incómodo con un Espanyol tan defensivo, que no le dejó pocos espacios y no escondió sus cartas desde el primer minuto; cerrar todos los huecos en defensa y lanzar rápidos contragolpes contra la meta de Víctor Valdés. Por contra, lo que no contemplaba el Espanyol era que las vías para llegar a la meta rival estarían menos colapsadas de lo esperado. Con el balón en los pies, el Barcelona fue el de hace tantas semanas, el que no transmite ningún temor al rival. Contra el Espanyol, montó un centro del campo tocador, pero también corpulento, con Gudjohnsen, Touré y Xavi, para hacer frente a Moisés, Rufete, Luis García y Ángel. En ataque, con Eto'o y los jóvenes Bojan y Gionavi, quienes intercambiaban con asiduidad sus posiciones, el Barça tampoco daba sensación de peligro.

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