Un testimonio tras otro de los profesionales del sector audiovisual almeriense que relatan la historia del documental. La directora Irene Garcés ha realizado un arduo trabajo durante meses que presentará hoy, a las 12:00 horas, en la Escuela Municipal de Música y Artes.

-¿Cómo son las sensaciones antes de estrenarlo?

-Con los nervios normales antes de cualquier estreno, pero feliz y contenta por el trabajo de muchos meses. Para ser mi primer documental estoy muy contenta de haber conseguido sintetizar en 55 minutos tanta historia y tantas impresiones del presente y el futuro del audiovisual.

-¿Cómo valoras que la presentación sea en 'Almería en Corto'?

-Es su marco natural porque es un producto por y para los almerienses. Tengo que agradecerle a la organización esta oportunidad inigualable. Espero que la sociedad almeriense lo reciba con todo el cariño y la ilusión que hemos depositado. Todo lo demás será siempre secundario.

-¿Alguien lo ha visto?

-El documental se va a proyectar en el Festival como auténtica primicia, porque aún no ha sido visto por nadie excepto por el director de fotografía Pepe de la Rosa, que ha estado conmigo durante todo el proceso de edición, así como por mi misma. No sé si eso es bueno o malo, independientemente, no es un producto de ficción que se preste a interpretaciones subjetivas, la realidad es la que es y la cuenta sus protagonistas. La opinión de cada persona respecto al contenido es lo que variará, y ese el punto en el que queremos incidir, en generar un debate que ayude al sector.

-¿Qué repercusión cree que tendrá?

-Es muy raro que un producto audiovisual tenga un impacto en la sociedad que le ayude a cambiar, aunque se han dado casos, dudo que este sea uno de ellos. Lo que sí nos gustaría es que fuera un punto de partida, sumado a decenas de iniciativas que ya están en marcha, para iniciar un diálogo entre todas las partes implicadas. Conseguir eso ya sería un logro.

-¿El documental es muy crítico?

-Si lo es no está fingido ni provocado. Cada persona habla de cómo repercute en su trabajo y en su día a día la situación actual. Es normal que haya alguna crítica porque ningún sistema es perfecto, si no hubieran críticas sí que nos hallaríamos ante un verdadero problema. Pero lo que más importa de esto es que lo que se proponen son alternativas.