ud almería | reus deportiu

Falla algo más que la simple puntería

  • Borja demuestra lo que hay que hacer con un balón recuperado en campo ajeno y muerto en el área

  • Un partido dominado pero con la ausencia de remate habitual, se regala por no realizar un despeje como la teoría manda

Owona gana con un gran salto un balón aéreo.

Owona gana con un gran salto un balón aéreo. / fotos: rafael gonzález

Con la camiseta más fea del fútbol español, y posiblemente del mundo, se plantó el Reus en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Era el tercer partido consecutivo en casa para el Almería, miércoles mediante hace dos semanas en Vallecas, y los de Ramis necesitaban reencontrarse con la victoria y buen fútbol, después de por lo menos mostrar casta ante el Valladolid.

Estéticamente horrible, pero tácticamente peligroso, el Reus tenía claro que iba a jugar su partido en el centro del campo. Pobló la medular de jugadores para tratar de ahogar a Pozo en su vuelta al equipo. Ramis buscó un equipo más creativo que de costumbre y para ello asoció al malagueño con Nauzet Alemán y Alcaraz, bastante más peligroso cuando arranca desde su campo que cuando se queda incrustado en la mediapunta.

Con la intención de presionar arriba, los rojiblancos comenzaron con la segunda marcha puesta, embragando para meter pronto la tercera. Eso sí, los catalanes querían jugar sus bazas en la estrategia y en los espacios que dejara un adelantado Almería. Gaspar, voluntarioso el día que recuperaba su puesto en la izquierda, justo lo que se le pide a un canterano que llama a la puerta, comandaba un inicio en el que si Juan Muñoz tenía olfato, era noche para cazar alguno de los centros que iba a poner el albaceteño. El zurdo estaba encarando con desparpajo por banda y se colaba en la mediapunta, desde donde sacó un genial pase para Fran Fernández, al que le faltó convencimiento en la carrera ante Menéndez ya dentro del área.

Poco a poco, se iban sucediendo ocasiones. Nano se llenó de balón desde el lateral del área, Nauzet se sacó un buen chut desde la línea de cal opuesta, y nuevamente el propio malagueño lanzó con mucha picardía una falta desde la frontal. Sólo fallaba la puntería... y las pérdidas de balón en zonas peligrosas. Ahí estuvo la clave y la diferencia de la primera mitad: el Reus perdió infinidad de pelotas cerca de su área, pero el Almería no aprovechó ni una; y el error más grosero de los rojiblancos, cometido por Fran junto a la banda, acabó con un golazo de Borja. El butanero (por el color de la equipación) cogió el esférico, sentó a Owona y la puso en la escuadra. Más o menos en el mismo sitio que los lanzamientos de los jugadores de Ramis. Justo no era, pero los fiscales en esto de fútbol son los goles.

Nada más comenzar la segunda parte hizo también uno Juan Muñoz, con un gran cabezazo ciertamente, pero en toda la jugada había estado en fuera de juego y, por lo tanto, bien anulado estuvo. El sevillano vivía bien en fuera de juego, bien detrás de su marcador, lo que acrecentaba la falta de remate rojiblanca. Eso sí, la salida del equipo volvía a ser buena, tenía acorralado a un Reus que sufría hasta tres cuartos de campo, pero cerca de su portería solventaba bien el peligro.

Conforme crecía la ansiedad y los primeros pitos ya se dejaban escuchar, Ramis refrescó con Pervis y Corredera para aumentar el ritmo de ataque. El balón seguía llevándose bien hasta el área, incluso hasta el área chica, pero por mucho que le duela al club, los delanteros fichados en verano tienen menos gol que un portero. Y así podían seguir jugando a la hora que estén leyendo esta crónica, que las redes no iban a albergar un solo remate de un ariete rojiblanco. El árbitro acabó con el suplicio para una afición que se huele que la están tomando el pelo por cuarta temporada consecutiva.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios