Almería-zaragoza

Piatti y Uche evitan la autoinmolación (1-1)

  • El Zaragoza, sin acreditar méritos, se adelantó al transformar Gabi un penalti cometido por el debutante Rigo sobre Lafita. Piatti, de cabeza, puso el 1-1 a centro de Kalu Uche Negado Goitom falló un gol clamoroso

Almería y Zaragoza escenificaron ayer porqué ambos equipos deambulan por la cloaca clasificatoria.

En un partido que no pasará a la historia de este deporte, falto de calidad y por momentos tedioso, unos y otros dieron un buen motivo a quienes prefieren seguir el circo por televisión, con el botón off al alcance de la mano.

Estuvieron cerca los de Oltra de practicarse el harakiri, pues si el Zaragoza se metió en el asunto fue como consecuencia de los errores locales más que de explotar sus escasas virtudes. De hecho, el 0-1 vino cuando los maños ni siquiera habían acreditado méritos suficientes.

Pero no empecemos la casa por el tejado. El duelo entre colistas deparó antes del arranque no pocos quebraderos de cabeza al técnico rojiblanco para perfilar un once. Marcelo Silva no superó la prueba a la que fue sometido en los prolegómenos y se activó el plan B, con lo que al debut casero de Oltra se unió el de Rigo en Primera División y el de Lillo como futbolista del primer equipo.

Ambos cumplieron con dignidad su cometido, pero al central le quedará el sinsabor de pegar la novatada en su estreno cometiendo un riguroso penalti que el arbitrario Ayza Gómez no dudó en decretar al igual que se desentendía en la primera mitad con una acción sobre Piatti en la que el argentino cayó sobreactuado.

Gabi se encargaba de superar el miedo escénico de vérselas con Diego Alves desde los once metros y los de Aguirre sacaban en ese momento petróleo de sus contados y rácanos acercamientos al área rival.

El Almería caminaba en esos instantes hacia la autoinmolación y todos los signos externos apuntaban a ello. A Goitom le silbaban los oídos en el banquillo tras ser sustituido por Crusat merced a un rapapolvo del respetable. Más que la ocasión a puerta vacía que había marrado al cuarto de hora de juego le recriminó al sueco su pertinaz falta de compromiso y su incapacidad de sacarle provecho a las grandes condiciones que le ha regalado la madre naturaleza.

Al cabreo de la grada con Goitom se unió el malestar del resultado y, como aderezo, la bronca que protagonizó M'bami. El camerunés se encaró de mala manera con varios compañeros que le habían recriminado cierto pasotismo a la hora de abandonar el terreno de juego pese al marcador adverso. El africano discutió con el meta Esteban y el capitán Ortiz e incluso llegó a zarandear al delegado, Jorge Díaz. Alegaba que en un primer momento no era consciente de ser él el sustituido.

Un síntoma evidente de la tensión que empieza a atenazar a un equipo poco acostumbrado en temporadas anteriores a vivir en el alambre con frustrantes perspectivas de no abandonar el pozo en mucho tiempo.

Kalu Uche y Pablo Piatti se encargaron de ponerle al mal tiempo buena cara. Entre ambos cocinaron el tanto que restablecía la igualada y levantaba el ánimo. El nigeriano cayó al costado izquierdo y desde esa posición sacó un centro medido a la cabeza del argentino, que supo colarse en la despensa de la zaga maña sin ser percibido.

De ahí hasta el final hubo tiempo para reafirmarse en el convencimiento de que a Almería y Zaragoza les va a tocar sudar la gota gorda si quieren mantenerse en la élite y también para corroborar fundadas sospechas.

Aparte de que Vargas no dé el nivel, lo más preocupante quizá sea el reguero de lesiones musculares que asola a las filas rojiblancas. Dejan en entredicho la planificación llevada a cabo por Lillo hasta su marcha, mientras otros futbolistas pagan el esfuerzo de agradar al nuevo técnico.

Primero cayó Crusat -ya recuperado- y a éste le siguió Michel. Marcelo tampoco pudo ser de la partida ayer y al descanso Bernardello solicitó el cambio por similares molestias. Incluso Rigo acabó tocado en los gemelos, en su caso justificable si se tiene en cuenta que el último partido completo que jugó fue hace cuatro meses en Tercera División. No queda otra que reaccionar porque seguir apelando a la fortuna de poco va a servir.

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