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Prohibido apelar a la mala suerte

  • Un 10 en actitud, pero hay que limar ciertos aspectos defensivos con los que un modesto debe sobrevivir, aun más teniendo en cuenta el desierto en el que se ha convertido la delantera

Motta y Machís se recriminan una acción en la primera parte.

Motta y Machís se recriminan una acción en la primera parte. / granada hoy

Hubo de todo. Sensaciones positivas, negativas, esperanza y frustración. El que más y el que menos se quedará con la buena imagen de un conjunto que está vivo y que compite, a la espera de nuevos envites, pero esto continua. Mejor sería mantener la cabeza fría y desmarcarse de las dos últimas jugadas del partido. Incluso, del ímprobo esfuerzo realizado en busca de la igualada. Hay mucho en juego en esta campaña para que el conformismo invada el pensamiento de seguidores, técnicos y presidente actual. La plantilla que hasta ahora dirige Lucas Alcaraz tiene innumerables deficiencias, tanto a nivel físico como técnico. Cierto es que jugaron los disponibles, si bien el once inicial era de garantía. La superioridad del Granada se palpaba sobre el terreno de juego y solo la disciplina y el empuje de los de Alcaraz incomodó al pez grande. Antes del inesperado final, el rival pudo haber finiquitado el choque, como pasó ante el Tenerife y también en Barcelona. Gracias a Dios que la meta rojiblanca está cubierta por René. Quien hasta ahora esté leyendo estas líneas puede pensar que poco más se pudo hacer, pero en la vida se está para crecer. Una de las tareas que no se cumplió fue la defensiva. Durante la primera mitad, ni fue lógico que los locales entraran por banda como Pedro por su casa, ni que por el centro llegara el primer tanto en contra logrado por un lateral. Hubo cierto orden, y por momentos la UDA se mostró como un bloque compacto, pero esto no es un examen de imagen, sino de resultados prácticos. Si en calidad técnica te superan, hay que jugar con otras armas, y ahí anduvo del todo imberbe el conjunto de Alcaraz. La acción previa al segundo tanto granadino, corrobora lo expuesto. Luego, hay que remar contracorriente y la épica es muy bonita, como el larguero de Motta y demás. Genial, un 10 en actitud, pero hay que limar ciertos aspectos defensivos con los que un modesto de la categoría, como es actualmente la UDA, debe sobrevivir. Y aun más teniendo en cuenta el desierto en el que se ha convertido la delantera, con Caballero y Hicham en el dique seco y con Muñoz, de facto, fuera de combate. El movimiento desde el banquillo, perdiendo y prescindiendo del único ariete disponible, lleva a pensar dos cosas: el referido trabajo que habrá que hacer para mejorar en defensa ante el actual percal y, por ende, la necesidad de contar con nuevos delanteros, digo en plural. ¿Alguien cree que Alfonso García está en disposición de invertir en atacantes solventes el próximo mes de enero? A colación de esta pregunta, se me ocurre otra cuestión, ¿alguien cree que Lucas Alcaraz, con un elevado caché, vino a Almería para lidiar con estas situaciones? En fin, volvamos al presente, porque el descenso está a la vuelta de la esquina y con mi Acta semanal siempre pretendo ir más allá. Eso de que se remó para ahogarse en la orilla, queda muy bonito, por repetitivo que sea, pero la realidad es que esta categoría tan física exige soluciones inmediatas. El que se conforme pensando en la mala suerte de la última jugada, mal camino lleva.

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