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Punto con más valor que sabor

  • La derrota del Barça B, cuarto por abajo, aumenta mínimamente la distancia con el descenso

Una vez olvidado el sofocón que supone fallar un penalti en el tiempo de descuento, el punto logrado ante el Gimnástic de Tarragona sabe mejor que en la propia noche del sábado. Segundos después de que Verza no lograra su objetivo desde los once metros, lo normal es pensar que se desperdició una oportunidad inmejorable para colocarse en el centro de la tabla, a menos distancia de los puestos altos que de los bajos. Por una parte, esto es cierto y en estas temporadas tan errantes de la Unión Deportiva Almería, la afición se merece cierta tranquilidad y estabilidad. Pero la Segunda División es así de complicada e igualada, por lo que no va a permitir ni un solo segundo de respiro.

Volaron dos puntos ante un rival directo y se escapó una victoria fundamental en el Mediterráneo, donde el Almería tiene que tener su gran fortín, pero no es menos valioso el punto sumado en esta fase del campeonato en la que los rojiblancos están compitiendo en una tremenda desigualdad de condiciones. Con tantísimas bajas cada jornada y sin las prisas acuciantes de otras temporadas, todo lo que sea sumar es muy positivo, sobre todo si esto permite mantener o aumentar la ventaja con respecto a la zona de descenso.

Con Alcaraz la UDA todavía no ha caído en casa, pero fuera tiene que mejorar

Lo más positivo de la jornada del sábado fue la derrota del Barcelona B en el Mini Estadi contra el Valladolid. Con ese marcador se plantaron Almería y Nástic de Tarragona sobre el césped del Mediterráneo y, aunque no influyó a la hora de sentirse satisfechos con el punto mientras duraron los 90 minutos, sí que se valora a posteriori que ahora la zona de descenso a Segunda División B está a cinco puntos, uno más a falta de uno menos. Los azulgranas son el principal perseguidor, puesto que Córdoba, Sevilla Atlético y Lorca, los que completan la zona baja, están bastante más lejos de los rojiblancos.

En otro momento, incluso esta temporada en la era Ramis, el choque del sábado era de los que se perdía por tener más ambición que sentido común. Muchos han sido los puntos que han volado del Mediterráneo por no conservar un mínimo botín. Esto no quita la mala sensación que se quedó con el 1-1, sobre todo al ver que el empate era en propia puerta de forma desgraciada y que el penalti era la jugada definitiva, pero sí que endulza ese sabor agrio con el que la afición se marchó a la cama.

El equipo ha crecido con Lucas Alcaraz en confianza y en juego. Madura mejor los encuentros y sabe cuál es momento de defender y cuál el de atacar. Sólo así se consigue ir creciendo y, lo más importante, sobreponerse a las numerosas bajas. Lo normal es que, poco a poco, la plantilla vaya recuperando efectivos y, por ende, veteranía y calidad, dos aspectos que terminarán de asentar al cuadro rojiblanco. Además de pedir resultados a los jugadores y apoyo a la afición, el club debe de poner de su parte y encontrar los fichajes necesarios porque el técnico granadino ha sido capaz de enderezar el rumbo, todo se puede torcer por la endeblez del plantel.

Ya se ha cumplido la mitad del mes y el Almería no es capaz de competir económicamente ni con los clubes de Segunda B, una temeridad en las actuales circunstancias almerienses.

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