Fútbol

Solteros contra casados (0-1)

  • Nulos El Almería acusa sobremanera la baja de Verza en la media y el equipo no genera juego Pasivos La indolencia defensiva y ofensiva facilita al Lugo adelantarse sin apenas acumular méritos.

La necesidad obliga y el Almería salió ante el Lugo con un once circunstancial. Las bajas de Verza y Rafita por sanción, a las que se añadían las de los lesionados Aleix Vidal y Corona, motivaron una alineación inédita que se vio poco conjuntada durante todo el primer período. De hecho, el primer acto no ofreció más calidad que la que pueda verse en la típica pachanga de solteros contra casados. El conjunto gallego, fiel a la filosofía de Setién, salió bien plantado en el terreno de juego, dispuesto a tocar el balón y encontrar el hueco por medio de combinaciones, todo lo contrario de lo que habían hecho equipos de la cola de la tabla como Hércules o Mirandés en su visita al Mediterráneo.

 

La propuesta lucense a priori favorecía los intereses rojiblancos, pues es de suponer que a posesión siempre domina el conjunto de mayor calidad, pero la cantidad de cambios no benefició al cuadro de Gracia, que anduvo perdido durante el primer acto, sin apenas protagonismo de un centro del campo formado por Mejía y Casquero.

En esa coyuntura, el juego intentó volcarse por las bandas con Aarón y Calvo, sin el efecto esperado en otras citas. Lo cierto es que la seriedad del Lugo no puso las cosas fáciles. Pese a ser recién ascendidos jugaron sin complejos y en los primeros minutos merodearon el área de Esteban en una jugada en la que Pablo Álvarez caía en el área ante Trujillo sin apenas protestas y al poco Óscar Díaz cabeceaba una falta lateral de Manu que atajaba Esteban.

Los acercamientos del Almería fueron más bien testimoniales dada la espesura en la que se movió. Rebasado el ecuador del encuentro Charles no llega por poco a un pase raso de Soriano desde un lateral, mientras que la oportunidad más clara fue un testarazo del ariete brasileño a centro de Calvo que terminó lamiendo el poste de Yoel.

Paupérrimo bagaje al descanso y la sensación de que el partido pedía a gritos la incorporación de hombres como Jonathan, Abel o Ulloa que revolucionaran un escenario propicio para los intereses visitantes de pescar algún punto como ya hicieran en Villarreal.

La tónica no cambió en exceso en la segunda parte pese a la ocasión inicial de los rojiblancos. Y es que a la vuelta de vestuarios un centro envenenado con rosca de Raúl García lo conectó en el segundo palo bien Charles con su pierna derecha, pero Yoel rechazaba en primera instancia para que su central despejase después a córner.

Parecía que el guión iba a cambiar, pero fue un oasis en el desierto. Inexplicablemente Gracia seguía sin mover el banquillo, pese a tener calentando en la banda desde el descanso a Jonathan, Ulloa y Alberto, mientras que el Lugo continuaba cómodo a la espera de tener su momento en algún balón esporádico.

El centro del campo andaba perdido y tanto Aarón como Calvo no entraban en juego todo lo deseable para poner centros desde la banda, de ahí que las escasas llegadas se produjeran desde el lateral zurdo por mediación de Raúl García, pero sin la claridad necesaria como para batir la meta lucense. Y como la pasividad termina pagándose, el Lugo se puso por delante en el marcador, sin contraer más méritos que los de ser paciente.

Fue en una acción asilada en la que el balón le llega a Víctor Díaz en la banda derecha y éste solo tiene que ponerla atrás al ganarle la espalda a Raúl García para que su compañero Óscar Díaz remachara sin oposición desde el punto de penalti el balón a la red. Tuvo tiempo incluso de trabarse antes de definir.

El gol espoleó a un expectante Javi Gracia, que por fin se decidió a hacer una sustitución que el partido venía demandando desde el descanso, dando entrada a Ulloa por Casquero para ganar mordiente y retrasando a Soriano, a sabiendas de que el centro del campo ya de por sí estaba perdido por incomparecencia manifiesta, más que por presión del rival.

Con un Almería jugando con el freno de mano echado, las incorporaciones de Ulloa y Jonathan al campo pasaron prácticamente desapercibidas, puesto que sin el control del balón apenas entraron en juego y el técnico navarro vino a acordarse de Abel, el único que tenía en el banquillo capaz de aportar algo distinto, en el minuto 83.

Sin recursos, el Almería acabó el partido con Ulloa buscando el penalti y Jaime Latre sin querer concedérselo en sendas caídas dentro del área ante su marcador, el central Víctor Marco. Una derrota nunca es bien recibida, pero menos si los siguientes rivales son Elche y Alcorcón antes de dar por concluido el año. Que el turrón no se atragante...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios