Espectacular semifinal la que protagonizaron Unicaja y Cajasol en el Moisés Ruiz. Ganaban los malagueños de 19, pero los sevillanos, en un último esfuerzo, tuvieron en su mano llevarse el partido. Decidieron los tiros libres.

Se presentaba una gran semifinal. Los dos equipos andaluces del torneo, cara a cara. Había que esperar la reacción del Cajasol frente a un rival que le pusiera en aprietos desde el inicio, algo que no le pasó ni con el Baskonia ni con el León, y tampoco en cuartos con el Fuenlabrada.

Y encontró dificultades. Muchas. Nunca se había visto abajo y el Unicaja, en el segundo cuarto, le dominaba por once (23-12, m. 15), con cinco minutos sin anotar para los sevillanos, que encima se complicaban en su juego interior con la tercera falta señalada a su pívot Mamadou Seydi, y también el exterior, con la tercera del escolta Julio Sosa.

El Unicaja siguió dominando, de una forma aún más clara, y con un gran Ernesto Díaz, durante el tercer parcial, en el que llegó a bordear los veinte puntos de ventaja. Los malagueños acariciaban la final del Campeonato.

Mena-Bernal se la jugó entonces con dos bases, lo que le había dado buen rendimiento en el partido anterior. El tener en pista a Fran Cárdenas liberó más a Arturo Fernández, muy apagado hasta entonces y mucho más peligroso desde entonces. Anotó 10 puntos y acercó al Cajasol por debajo de la decena (59-50, m. 35). Unicaja no sabía jugar con ataques largos y el Caja abrió el partido, primero a cuatro (61-57) y luego a uno (61-60). Pero, cuando más fácil lo tenían para obrar el milagro, a los sevillanos les faltó rematar la remontada y Unicaja sentenció desde el tiro libre.