polideportivo

Vía de los Huskies

  • David Lozano realiza con cuatro de sus canes la Travesía de Mousing 'Camino de Santiago-Vía de la Plata'

Del rutinario entrenamiento diario de mañana y tarde a una carrera que ha fascinado al musher David, y a los cuatro Huskies Siberianos Alex, Delinda, Crisdon y Roster. A las seis de la mañana, antes de la salida del sol para que sus nórdicos amigos deportistas no sufran las inclemencias meteorológicas de Almería, David Lozano monta su triciclo para que sus canes conviertan su vitalidad en energía con la que recorrer sobre dos ruedas kilómetros y kilómetros. Unas sesiones de ejercicio que le han permitido a esta particular expedición almeriense realizar con garantías la VIII Travesía de Mousing Camino de Santiago.

Veinte musher, todos del norte de España, excepto David que aportó el toque exótico y caluroso a la carrera al ser el único participante del sur, convirtieron la Vía de la Plata en la Vía de los Huskies. Cinco etapas en tierras gallegas, con la lluvia y la nieve como principales adversarios, y un final inolvidable a los pies de la Catedral de Santiago de Compostela, convirtieron a estos particulares peregrinos de cuatro patas en los protagonistas más demandados de los pequeños concellos de A Gudiña, Vila de Barrios, Baño de Melgos, Maceda y Piñor.

Consciente de que delante tenía competidores prácticamente profesionales en el deporte del mushing (carrera de trineos tirados por perros), David se plantó en esta travesía con la sana intención de disfrutar y conocer el límite físico de sus canes. "He ido a disfrutar de la competición, era mi primera carrera y he visto lo bien que están mis perros. De hecho, he sido conservador, creo que podía haberles apretado un poco más", indica el almeriense que reconoce que sufrió en la primera etapa, pues la hicieron tras dormir tres horas después de trece de viaje por carretera, así como en los falsos llanos gallegos: "Nos hemos enfrentado a subidas muy pronunciadas, en las que tenía que bajarme del trineo y empujar yo también".

El esfuerzo físico que la ha supuesto a David la travesía, le ha merecido la pena al ver cómo sus perros disfrutaban corriendo en unas condiciones meteorológicas benignas para sus genes. "En la cuarta etapa, nos empezó a nevar nada más salir y cuando estábamos coronando el puerto. Veía a los perros disfrutar con la nieve y hasta me paré para que pudieran juguetear", recuerda el almeriense, para el que primó la felicidad de sus deportistas a los segundos que podía perder en el crono: "Yo siempre les voy animando y los felicito al terminar la carrera. No los puedes agobiar, puesto que son animales, pero sí que es necesario que acaben con buenas sensaciones, para que al día siguiente quieran tirar con más ganas".

Tal es el cuidado y el cariño de estos musher con sus perros, que se controla en todos los aspectos su estado físico: "En la carrera había un veterinario que examinaba a diario a los animales al terminar cada etapa. En Piñor me aconsejó que les pusiera botines y una crema en las almohadillas porque había mucha lastra" , por culpa de la nieve y la lluvia. Igualmente, hidratación y alimentación se cuidan tanto como a un deportista de élite: "Siempre les dejaba descansar un poco para que bajaran de pulsaciones y luego los hidrataba y les daba su pienso. Si teníamos doble sesión de carrera, comían unos snakcs y un poco de hígado hervido para que la digestión no fuera tan pesada".

Si bien a los grandes protagonistas de la traveía había que tratarlos a cuerpo de rey, no menos importante era el descanso de los musher. "Dormíamos en los propios hostales que hay para el Camino de Santiago. Cuando terminábamos las diferentes etapas, recogíamos todas las pertenencias y nos íbamos en caravana al pueblo donde íbamos a pasar la noche. Ha sido una grata experiencia, hemos tenido también tiempo para convivencia y para realizar algunas visitas guiadas", siempre en compañía de sus mejores amigos: "Podíamos estar con los perros hasta las once de la noche, a esa hora los metíamos en el remolque a dormir".

Alcanzada la imponente Plaza del Obradoiro frente a la Catedral de Santiago, la expedición almeriense se despidió del resto de humanos y canes hasta la próxima aventura. ¿Y cuándo será la siguiente, David? "De momento toca descansar" y pensar en otras actividades con los Huskies, puesto que también compiten en concursos de belleza y están realizando diferentes exhibiciones en la Universidad de Almería. Y es que esta manada de campeones es la mejor terapia que pueden plantearle a cualquiera.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios