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El arte de evitar el conflicto

  • El maestro almeriense Frank Tortosa imparte, gracias a su graduación 15º Dan, esta disciplina basada en antiguas técnicas de origen samurai

Lejos de lo que pueda creer gran parte de la sociedad, el objetivo de las artes marciales tradicionales japonesas es el de evitar el conflicto. Así, muchas de sus disciplinas carecen incluso de carácter competitivo, como por ejemplo el budô taijutsu (ninjutsu). Se trata de una especialidad basada en antiguas técnicas de origen samurai , agrupadas en el método del Bujinkan, que reúne una colección de nueve linajes marciales antiguos. En Almería hay una persona que conoce a la perfección esta disciplina, teniendo el máximo rango posible (15º Dan) y ejerciendo de maestro para alumnos de diferentes puntos de la geografía española. Nacido en Almería en noviembre de 1968, Frank Tortosa fundó en 1994 el centro Bujinkan Almería.

"El budô taijutsu te aporta seguridad, creatividad y carece de formas establecidas, por lo que nunca dejas de aprender, es un mundo infinito, no hay máximo, esto es lo que más me gustó, porque no se basa en una serie de katas que luego terminas desarrollando las mismas durante cuarenta años. La técnica es más importante que el físico, por eso se puede practicar durante toda la vida. Algo importante es que no hay competición, de hecho su verdadero objetivo es el de evitar la violencia. Aquí, cuando alguien aprende es para desarrollarse como persona y no dar patadas. Tiene que aprender una serie de valores. La máxima es tender la mano para ayudar a cualquier persona del mundo", comenta Tortosa, todo un referente en la enseñanza de un arte marcial tradicional que se creó para evitar la lucha y que cada vez es menos desconocido para los almerienses. "En mis clases han venido desde un barrendero hasta un gerente, gente de todas las edades y condiciones físicas", asegura este embajador de las disciplinas marciales y medicinales orientales en Almería.

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