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La diferencia que marca un delantero

  • Toché entra con el 0-1 para marcar el 1-1 y asistir a Berjón en el 2-1, momento en el que salta Caballero que no toca ni un balón

  • Con esta ligereza atrás y esta falta de eficacia, va a ser imposible mejorar fuera

Hicham se revuelve como puede en el área ovetense ante Verdés.

Hicham se revuelve como puede en el área ovetense ante Verdés. / fotos: xurde margaride

Un equipo de la zona alta y un estadio histórico, difícil papeleta tenían los rojiblancos para darle la vuelta a los flojos números que presentan lejos del Mediterráneo. Los cinco puntos de distancia con el descenso dan cierta tranquilidad, no es el ahogo permanente de otras temporadas, pero tampoco permiten dormirse en los laureles puesto que al final la salvación siempre ronda la cincuentena.

Al miedo escénico que puede provocar el gran ambiente del Tartiere, hubo que unirle la dureza con la que se presentó sobre el césped el cuadro carballón y la permisividad arbitral. Tres hachazos consecutivos, uno de ellos rozando la roja sobre Hicham por entrar con los tacos por delante, fueron la carta de presentación local. Tres regañetillas del colegiado, sin las merecidas amonestaciones. Luego, eso sí, los trencillas tardan poco en desenfundar las amarillas ante la más mínima protesta o la que le enseñaron a Motta, por poner la mano en el pecho de Berjón antes de un saque de banda.

No se amilanaron los almerienses, inicialmente bien cubiertos atrás y queriendo arriba correr con la velocidad de Hicham. Curioso que ahora que llega Soleri, el canterano esté por delante de Juan Muñoz y Caballero en la punta de ataque. Fue precisamente del hispanomarroquí el primer intento rojiblanco, tras una buena contra, que acabó con un disparo rozando el palo. Tenía mucho espacio el Almería para atacar, el sistema de juego local de defensa de tres, se lo permitía. Jugaba muy bien el equipo de Alcaraz, quizás más alegre de lo que debería, puesto que enfrente tenía a un equipo de Anquela, que precisamente lo que buscaba eran los descuidos rivales. Los ataques del Oviedo eran muy peligrosos, puesto que provocaban superioridad los carrileros. René se encontró un remate en el área de Aarón, mientras que Nano despejó con el cuerpo una volea de Linares. El único lunar negro de la primera parte fue una falta lateral horriblemente defendida por los de Alcaraz, que a punto estuvo de acabar en gol a cabezazo del propio Linares. En rango general, la primera parte había sido la mejor de la era Alcaraz; la prueba más complicada era darle continuidad todo el partido.

Mejor no pudo arrancar la segunda parte: primera contra rojiblanca, 0-1. Pozo encontró con suma facilidad la espalda de la defensa ovetense y Fidel remachó en boca de gol. Era justo lo que debía de hacer el Almería y le salió a las mil maravillas. Lo que no estuvo tan bien es que sólo siete minutos después, con el Oviedo lamiéndose las heridas, todo el sistema defensivo rojiblanco saltara por los aires. Ni Motta estaba en su sitio, ni Nano en el sitio, ni los repligues llegaron a tiempo... Total, centro de Berjón y Toché que empataba. Error garrafal, inexplicable con el marcador a favor y que echaba por tierra el enorme sacrificio que le supone a este equipo hacer cualquier gol.

Todo lo que no hicieron los de Alcaraz con su gol, llenarse de moral y desquiciar al rival, sí que lo tuvo Oviedo. Además, Toché le dio a los locales todo lo que no tiene el Almería desde hace muchas temporadas: gol, presión y juego de espaldas en el área. Los carbayones ya habían dado el paso al frente necesario para culminar la remontada y ésta la iban a conseguir los buenos: Berjón se marcha de Motta, Toché la aguanta de espaldas y se la pone al extremo, que remata sin oposición. ¿Mala suerte por rebotar en René y entrar? Bien defendida, la suerte habría sido diferente.

Toché había revolucionado el encuentro, lo mismo que intentó Lucas Alcaraz con Caballero. Pueden imaginar el resultado: ni un balón tocado, ergo, ni un solo remate a puerta. Cierto es que el empate pudo caer en otra gran acción individual de Pozo y centro de Gaspar, que despejó la defensa local en la línea de gol. Sin embargo, al Almería se le había pasado su oportunidad y sigue fallando fuera de casa. Pero cuidado que los de abajo se están reforzando mucho, sin tanto mirar el presupuesto, y ya están sumando.

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