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Un empate descafeinado

  • Adiós a Europa El punto ante el Betis en un partido con menos tensión de la esperada y los triunfos de Sevilla y Racing alejan definitivamente al Almería de la zona UEFA Goles El bético Odonkor adelantó a los visitantes y Pulido logró la igualada

Almería y Betis arrancaron la primera mitad prometiendo mucho y terminaron ofreciendo poco, al menos los locales. Xisco avisó de las intenciones béticas en el primer minuto de juego, pero tras encontrarse con un balón franco dentro del área, no supo rematar.

A esa ocasión visitante inicial le siguió un soporífero tramo intermedio de más de veinte minutos en el que el Almería dispuso de sus únicas oportunidades de peligro: un remate de cabeza de Negredo a centro de José Ortiz que salió desviado y un disparo de Soriano, metido en funciones de delantero, que se marchó alto.

El Betis seguía a lo suyo, que no era otra cosa que esperar agazapado para salir con velocidad con Xisco y Odonkor como estiletes y Pavone fijando a Pulido y Acasiete. El truco del contragolpe es tan viejo como la centenaria historia del fútbol o las canas de Chaparro -ocultas tras un tinte-, pero terminó funcionando.

Emery había repetido por activa y por pasiva que el mayor peligro verdiblanco estaba en su velocidad, la mejor arma para montar una buena contra, y Odonkor fue el encargado de darle la razón. El alemán (lo es aunque no lo parezca) dio un susto mediado el primer periodo con un disparo cruzado que puso a Diego Alves en aprietos. A la siguiente se marchó por velocidad de Pulido y Acasiete, pero volvió a toparse con el brasileño bajo palos. Y a la tercera, llegó la vencida.

La jugada partió en un saque de esquina favorable al Almería que derivó en el 'ABC' del contraataque con tres jugadores béticos lanzados en tromba a por la portería rival, Bruno sólo ante el peligro y Soriano acelerando para llegar. Odonkor, una gacela disfrazada de futbolista, se adelantó a todos y esta vez sí batió a Alves cruzándole el esférico.

Antes de la jugada de marras Iturralde ya se había encargado de escatimarle al Almería un claro penalti a favor por unas aparatosas manos de Pavone dentro del área bética que, como suele suceder en estos casos, vio todo el estadio salvo el que viste de luto.

Al Almería le sentó bien el descanso. Los rojiblancos regresaron al terreno de juego con otra actitud y no tardaron en lograr el tanto del empate. Lo cocinó José Ortiz sacando un buen centro desde la banda derecha al que no llegó Negredo pero sí Pulido, que pasaba por allí y aprovechó para matarla con el pecho y fusilar a Casto. Al central madrileño sigue gustándole merodear el área.

Con el empate llegaron los mejores minutos del Almería, que pudo haberse adelantado en sendas ocasiones protagonizadas por Crusat que Casto desbarató. La primera fue un centro de Bruno que el extremo conectó de cabeza y la segunda una falta de pizarra sacada por Corona, continuada por Negredo y remachada por el propio Crusat con idéntico resultado: las manos de Casto.

El Betis logró sacudirse el acoso almeriense recurriendo de nuevo a la contra y también tuvo chance para haberse llevado el partido. Capi, buen director de orquesta, condujo el balón lo justo para dejar a Pavone en posición franca para el remate, pero el argentino apuntó a las nubes. Una volea de Arzu a quince minutos para el final tuvo la respuesta de Alves en forma de paradón. Las hostilidades habían cesado. El empate se dio por bueno.

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