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La fiesta de Torres no aturde al Eibar

  • El Atlético firma el empate en la despedida del punta

Fernando Torres se despidió de su club con dos goles y un 2-2 ante el Eibar, un marcador intrascendente en un día especial. Porque no había nada en juego para el Atlético desde el 2-2 ante el Real Madrid que selló su segunda posición, pero ayer era el adiós de Fernando Torres, un aliciente para dedicarle la victoria.

El Eibar, competitivo, marcó primero. No había tirado entre los tres palos hasta el minuto 35, pero, cuando lo hizo, irrumpió con determinación, con un pase de Jordán que Kike García, más rápido que Oblak en la salida, aprovechó con un remate raso para inaugurar el marcador (0-1).

Estaba siendo un duelo entretenido. Las ocasiones habían sido del Atlético, cuando Fernando Torres rozó el gol, primero, con un disparo demasiado cruzado y, después, con un remate en una preciosa acción por la izquierda entre Vitolo y Filipe Luis. El 1-1 llegó apenas siete minutos después del 0-1 y lo firmó el fubtolista homenajeado.

La jugada la inició Gabi con un pase estupendo con el que, junto al desmarque de Correa, desarmó la defensa adelantada del rival. Con el argentino ya con el balón hacia la portería de Dmitrovic corría a su lado Torres, quien recibió el regalo de su compañero para marcar el gol y añadir más festejos al día (1-1).

El estadio estalló como nunca. No era un gol más. Era de Torres. No fue el último, aún le quedaba otro, el del 2-1, a la carrera, con una definición sutil ante Dmitrovic a la hora del partido. Fue una jugada muy de las suyas, con la que tantas y tantas veces ha hecho feliz a sus aficionados. Ayer lo hizo por enésima vez.

Aún quedaba media hora. Para entonces estaba ya Griezmann sobre el campo, recibido primero con división de opiniones, entre más pitos que aplausos por su posible traspaso al Barcelona, pero después aclamado por todo el estadio a petición de Gabi y Godín para quizá intentar aún inclinarle a su permanencia en el equipo rojiblanco.

El Atlético jugaba entonces con diez debido a la expulsión por doble amarilla de Lucas Hernández. Y sufría con el 2-1. El nivelado llegó con un golazo de Rubén Peña desde fuera del área que completó el empate del Eibar en la fiesta de Torres, sin los tres puntos, pero con el mejor premio para un jugador: el cariño para siempre de su hinchada.

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