XXXIV COPA DEL REY La jornada del jueves

No hubo más historia que un Unicaja superior

  • El equipo almeriense selló con claridad su pase a semifinales tras vencer ayer al Barcelona

El titular de esta crónica bien podría haber sido Comienzo arrollador del Unicaja en la búsqueda de la Copa. Sin embargo, el éxito de este equipo radica en la humildad con la que están afrontando todos los partidos y en la deportividad, tanto en el ganar como en el perder. Buen ejemplo de ello es la ovación que el respetable le dirigió a un Barcelona que nada supo hacer ante la mayor calidad de los almerienses.

El equipo de Antonio Alemany no pudo debutar de peor forma en la Copa del Rey. Se encontró a un anfitrión muy fuerte, serio, concienciado y, sobre todo, excelente tanto en ataque como en defensa. Dentro de las muchas notas positivas que deja este choque de cuartos de final hay que apuntar el regreso a la titularidad de Alexis Valido, ya reestablecido totalmente de su lesión, y un Juan Carlos Barcala que ha llegado en la mejor forma posible al momento más importante de la temporada. De hecho, el gaditano fue designado MVP del partido.

Ya desde el principio mandó el equipo de Carlos Carreño. La fortaleza defensiva le permitió a los ahorradores ir abriendo hueco. El opuesto brasileño Luiz Roque veía impotente como sus remates siempre se estrellaban en una muralla de color verde. Además, por la otra zona del campo entraba un cañón que clavaba todos los balones en la moqueta azulgrana. Qué fácil hace el voleibol Unicaja cuando está inspirado.

Un ataque malo del propio opuesto barcelonista, que estrelló el balón en la varilla, permitió a Unicaja poner un 21-17 que dejaba casi sentenciado el primer set. A Barcala le correspondió el honor de hacer el 25-21 definitivo con un remate imposible de levantar.

En el comienzo del segundo set, el Barcelona iba a coger dos de las tres únicas ventajas que tuvo en el tanteador. Los pupilos de Antonio Alemany se pusieron 0-1 y 1-2. Sin embargo, a partir de ahí Unicaja les paró los pies. A diferencia de en otros partidos donde los almerienses se dejan ir un poco, ayer no fue así y la reacción fue inmediata. De hecho, el técnico visitante tuvo que pedir tiempo muerto con el 5-2, después de perder cuatro puntos seguidos. Trató de mover el banquillo Alemany en busca de alguna reacción, pero ni por ésas.

En este segundo set fue donde más se gustó el anfitrión de la Copa. Olteanu, con un precioso remate por el centro desde zona de zagueros, ponía el 10-5. Con una ventaja de hasta ocho puntos (21-13), Carreño le dio la oportunidad a Juanjo Salvador de sentirse también importante en este equipo, y el pechinero demostró el tesón que le caracteriza.

De hecho, el fue el encargado de darle a los ahorradores el segundo set, con un primer tiempo perfecto que le colocó Howatson. El encuentro ya estaba encarrilado y sólo faltaba la misma puntilla, que no se supo [o pudo] dar hace unos días en Palma. Por eso, la lección estaba bien aprendida.

Con un bloque imponente de Olteanu, marcando a la perfección los tiempos y cerrando todos los angulos existentes, iba a dar comienzo la tercera y definitiva manga. Ante la marcha de algunos de los más de mil aficionados que abarrotaron el Moisés Ruiz, Unicaja volvía a acelerar para cerrar cuanto antes el partido, y así tener más tiempo de recuperación de cara a las semifinales.

Dos bloqueos consecutivos de Juan Salvador, que terminó el choque con cinco puntos, y otro trallazo de Barcala, que volvió a ser el máximo anotador [como lo fue ante Paris] con diecinueve, ponían un 13-8 desmoralizante para el Barcelona. Y como la fiesta tenía que ser completa, Víctor Viciana aportó su granito de arena en los últimos puntos para que Unicaja consiguiera el 25-15 definitivo. Al final, alegría en los almerienses que ya esperan rival en semifinales: Soria o Tarragona.

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