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La historia interminable

  • Buena imagen El Almería mereció mejor suerte en Mestalla pero tuvo demasiadas cosas en contra Perjuicio Los errores arbitrales, que señaló un penalti inexistente, concedió un gol en fuera de juego y no expulsó a Maduro, determinantes

"El que no llora no mama". Este dicho, aunque parezca un tópico, no puede ser más real. El Valencia llevaba varias semanas quejándose de los errores arbitrales en contra, que le costaron puntos en liga y la eliminación en Copa, y ayer recibió recompensa gracias a un árbitro que tenía una deuda pendiente con el Estadio de Mestalla, ya que no había pitado en el terreno valenciano desde hace dos años, cuando se le reclamaron dos penaltis no señalizados.

Un penalti inexistente, un gol en fuera de juego, la no expulsión de Maduro, que debía haberse ido a la caseta en el primer tiempo, y una serie de fueras de juego rojiblancos que no eran, fue el repertorio de regalos arbitrales con que se encontraron los valencianos para ganar un partido de forma injusta ante un Almería que incluso, a pesar de las adversidades, tuvo opciones de sacar un resultado positivo. No fue así y por enésima vez el conjunto almeriense se vio gravemente perjudicado por el colectivo arbitral.

El partido no comenzaba bien. El Valencia, consciente del ambiente enrarecido que había en la grada, se mostraba muy enchufado en el encuentro buscando la portería de Diego Alves. No tardaría en ponerse por delante en el marcador. Una buena jugada en banda izquierda entre Mata y Silva permite al canario centrar al segundo palo para que Joaquin, de volea y a contrapie, bata a Alves. Ese tanto deja noqueado al conjunto almeriense que incluso está cerca de encajar el segundo tanto por medio de Fernandes, Silva y Villa, que estrella un balón en el poste.

Sin embargo, cuando peor estaba el Almería, Crusat recupera un balón en su banda y, tras deshacerse de Miguel, sirve un centro pasado al segundo palo. Allí emerge la figura de Álvaro Negredo, que remata de patada voladora, más propia de un karateka, y pone el empate.

A partir de ahí, el Almería se hace dueño del partido, le quita la pelota al Valencia y llegan los nervios a su defensa, que ayer fue una banda, y a la grada, que empieza a pitar a su equipo.

Cuando mejor se le ponía el partido al conjunto de Hugo Sánchez aparece la figura del criticado Mejuto González. El trencilla se inventa un penalti de Carlos García sobre Mata y David Villa no perdona desde los 11 metros. Pero el Almería no se descompone y acecha el gol con sendos remates de Juanma Ortiz y Negredo, aunque sin acierto. El recital del colegiado seguiría ya que perdonaría varias veces la segunda amarilla a Maduro y señalaría dos fueras de juego inexistentes a Albert Crusat, cuando éste se quedaba sólo.

Pero los despropósitos arbitrales no quedarían ahí, ya que Villa marcaría el 3 a 1 en una jugada que debía ser anulada por fuera de juego de Joaquín. Negredo mete de nuevo al Almería en el partido, al aprovechar un error de Marchena tres minutos después y, a partir de ahí, con la grada pitando a su equipo, Uche y Piatti desperdician dos claras ocasiones para empatar. El pitido final llevó el júbilo a la grada valenciana tras un partido muy sufrido que ha supuesto la primera derrota en liga de la 'era Hugo Sánchez', a pesar de merecer mucho más.

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