El Alcoraz asistió a cómo dos versiones diametralmente opuestas del fútbol pueden conducir al mismo camino, firmar tablas, después de que ambos equipos tuvieran el jaque a su respectivo adversario a falta de un movimiento para el mate y no supieran ejecutarlo en el momento preciso. Lucas Alcaraz, gran maestro de la categoría donde los haya, planteó de inicio una atrevida presión adelantada sobre la salida de balón del rival que le origió muchos problemas a los de Rubi.

Tanto es así que a los cuatro minutos de juego Pozo servía la primera asistencia de la noche para dejar a Soleri solo frente a Remiro tras marcharse de la marca de Jair, pero al italiano se le hacía pequeña la portería ante el meta azulgrana, que terminaba repeliendo el disparo raso e intencionado del romano.

Sin apenas tregua, ese arranque hostigando la fluidez en el toque desde la zaga de los locales permitió que Alcaraz le robase la cartera a Sastre y sacase un disparo que requería del despeje forzado de Remiro. Soleri, atento al posible rechace como todo buen delantero que se precie, remachaba de cabeza el balón a la red y estrenaba así su cuenta goleadora en la competición española.

Ponerse por delante en el marcador no le sentó muy bien a los rojiblancos, que dieron un evidente paso atrás para conservar la ventaja e intentar coger al Huesca en alguna transición. La alineación titular de Alcaraz, de hecho, postuló la contención doblando los laterales en ambas bandas, con Pervis y Nano por la zurda y la dupla Motta-Fran Rodríguez cubriendo la diestra. El equipo, sin duda, ganó en equilibrio defensivo con la presencia del malagueño y el granadino por delante de ecuatoriano e italiano, pero también perdió bastante profundidad.

Renunciando también a la posesión del balón (78%-22% rebasado el cuarto de hora de encuentro) el Huesca fue poco a poco sintiéndose cómodo sobre el terreno de juego y ganando metros. René abortaba su primera ocasión con una parada abajo tras disparo seco de Ferre3iro a la salida de un córner que buscaba la base del poste.

Los de Rubi dominaban, pero no generaban excesivas llegadas, hasta que un centro envenenad de Ávila al corazón del área, propulsado con la rosa y la altura adecuada, provocó que Morcillo marcase en propia puerta al peinar el balón hacia atrás en su intento de despejarlo.

El Almería saltó en la reanudación con el mismo ímpetu de los primeros instantes. Fruto de ello Soleri era objeto de un claro penalti cometido por Pulido y no pitado por Gorostegi Fernández, si bien la posición del italiano en el centro de Fran era ilegal, aunque tampoco señalizada.

En la acción inmediatamente posterior Alcaraz rozó el tanto al bombear un balón viendo a Remiro adelantado tras despejar de puños, pero Ávila lograba sacar el esférico bajo palos. Y del posible 1-2 se pasó al 2-1 gracias a un eslalom de Álex Gallar para burlar a tres adversarios, dejando el esférico para un buen control y mejor definición de Ávila.

Con el Almería en jaque, los de Alcaraz encontraron en la figura del colegiado a su mejor aliado, al ver cómo expulsaba primero a Pulido por una fea entrada sobre Sulayman y poco después a Melero en una acción que nadie lograba explicarse.

Ante nueve efectivos desde el minuto 84 y con cuatro de descuento por delante al Almería se le vio atascado en la creación. Ya tenía sobre el campo a toda la artillería al dar entrada Lucas a Lass, Caballero y Fidel, pero pese a la superioriodad numérica les costaba generar fútbol. La fase de bloqueo la rompía Pervis con una veloz internada por la izquierda y mejor centro raso que en primera instancia atacó Caballero y aprovechó en segunda Soleri. Lástima que al jaque no le pudiera seguir el mate al líder.