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Una maravilla de Munir hunde al Dépor

  • Un golazo desde fuera del área del hispano-marroquí prolonga el 'efecto Abelardo' en un Alavés en racha

Bakkali salta por encima de Laguardia en un avance del Alavés.

Bakkali salta por encima de Laguardia en un avance del Alavés. / adrián ruiz de hierro / efe

Una maravilla de Munir prolongó el efecto Abelardo en el Alavés y hundió al Deportivo, que sigue en los puestos de descenso tras perder en Vitoria. El delantero hispano-marroquí anotó un espectacular gol desde fuera del área en la segunda mitad que fue suficiente para que el equipo vitoriano se llevara los tres puntos y pusiera tierra de por medio con la zona de descenso.

Tras una primera mitad muy disputada, el Alavés se adueñó del segundo capítulo y no dio opción a la escuadra gallega, que sigue sin ganar a pesar de la llegada de Seedorf al banquillo. El Alavés empujó más que los visitantes desde el pitido inicial y tuvo la primera ocasión a los tres minutos con un cabezazo de Laguardia en un saque de esquina.

Tres minutos después, un poste repelió un disparo de Duarte en el área pequeña, con todo a su favor para adelantar a su equipo.

El choque comenzó con mucho ritmo y fue Guidetti, quien intentó sorprender al portero coruñés con un remate desde el centro del área que se marchó fuera.

El Deportivo consiguió rehacerse y Albentosa estuvo a punto de sumar el primer tanto cuando, tras varios rechaces, se encontró con el balón dentro del área y con todo a su favor, pero su disparo lo rechazó un oportuno Rodrigo Ely, que se lanzó al césped para impedir el remate. Los de Seedorf esperaron su oportunidad y metieron el miedo en el cuerpo a los aficionados que abarrotaron Mendizorroza con un contraataque muy bien llevado, que acabó con una rosca de Bakkali que rechazó la escuadra de Pacheco.

En la segunda parte, el Alavés intentó sorprender desde el comienzo. Metió una marcha más y tuvo varias llegadas claras protagonizadas por Pedraza y Pina, aunque los albiazules no llegaron a rematar. Pero en el minuto 60 llegó el premio a la insistencia con un zurdazo de Munir desde fuera del área que fue a una escuadra.

A partir de entonces, el encuentro se desarrolló mucho en el centro del campo y sólo el Alavés consiguió jugar más cerca del área rival, aunque sin finalizar las jugadas. Sobrino, que aportó velocidad con su salida desde el banquillo, llevó un rápido contraataque que acabó en los pies de Ibai Gómez, quien probó suerte con potente disparo con el exterior que se estrelló contra la cruceta derecha del portero gallego. Poco después estuvo cerca de empujar un centro-chut de un incansable Pedraza, que fue una pesadilla para la zaga gallega.

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