la consulta del especialista

Lo que tu médico no quiere contarte

  • Hay vendehumos nutridos de gente desesperada por hallar una solución a su enfermedad

éste es el título por el que un grupo de temerarios de la pseudociencia están celebrando un congreso en Barcelona, frente a la vehemente oposición del Colegio de Médicos de Barcelona. En el plantel de ponentes ningún médico. Todos son personajes relacionados con la pseudociencia y exponen sus "remedios" naturales para curar enfermedades tan letales como el cáncer. Además, culpan a los médicos y a las compañías farmacéuticas de ser los responsables de no erradicar el cáncer por puros intereses comerciales. Entre los ponentes, un agricultor que dice haber leído más libros que la mayoría de los médicos, un naturópata que se hizo popular mediante remedios ridículos para multitud de dolencias y que llegó a tener un programa de televisión o una "pseudodoctora" que niega la efectividad de las vacunas.

Un poema y un peligro. Estos vendehumos se nutren de personas que están desesperadas por encontrar una solución a su enfermedad o a la de sus seres queridos y se agarran a un clavo ardiendo, llegando incluso a interrumpir el tratamiento pautado por sus doctores para someterse a caros remedios caseros y experimentales.

Mentiras tomadas como verdades

1.-Las vacunas causan autismo.

Josep Pamies, un agricultor catalán sostiene que las vacunas que usamos para prevenir enfermedades tan importantes y graves como el sarampión o el tétanos causan el autismo. Por supuesto que no es partidario de ellas y como argumento principal cita las cifras en cuanto a número de casos de autismo de primeros de siglo donde no había vacunas respecto a las actuales. Lo mismo refiere para los casos de cáncer que han ido en aumento respecto a las cifras de hace 100 años. Lo que no dice es el motivo de por qué ocurre esto y tampoco que la esperanza de vida a principios del siglo XX era de 45 años y hoy día es casi del doble. Además, este lumbrera afirma que gracias a una planta que él mismo cultiva, el kalanchoe, puede curar el cáncer. Formación científica cero. Estudios médicos reconocidos ninguno.

2.-Aumentar los niveles de vitamina C sirve para tratar el cáncer de próstata.

Es uno de los argumentos de la organizadora del congreso. Su nombre es Coco Morales y en su web se autodenomina doctora pese a que no tiene el título por ninguna Facultad de Medicina del Mundo. Ésta es otra falacia junto a que es ferviente defensora de las dietas détox y de los enemas para la hidratación del colon según ella. No se ha demostrado que ninguna de las terapias que ella promueve y no baratas precisamente tengan algún tipo de validez o efectividad. Además, pueden provocar deshidrataciones, lesiones de la mucosa del intestino o en el caso del cáncer de próstata, el no tratamiento mediante medios convencionales puede suponen una auténtica catástrofe.

3.-La terapia ortomolecular evita la mayor parte de enfermedades incluida el cáncer.

La más ferviente defensora es Susan Powell. Según ella, sufrió un cáncer de cuello de útero y gracias a investigar ella misma el uso de terapia ortomolecular. Se basa en el uso masivo y a grandes dosis de vitaminas de todo tipo. Tampoco hay ningún tipo de evidencia al respecto sobre todo porque hay dos tipos de vitaminas, las que se almacenan en la grasa que se llaman liposolubles, A-D-E-K que si nos pasamos en la dosis, resultan tóxicas. La otra familia son las hidrosolubles que se eliminan por el agua y de las que no hay posibilidad de sobresosis porque las eliminamos por la orina.

Y así puedo estar porque la lista de remedios a cual más disparatado es interminable.

Ya dice el refrán que "de fútbol y medicina todo el mundo opina". Y esta panda de charlatanes se basan en el efecto placebo en muchos casos pero cuando estamos ante un paciente oncológico, el resultado es catastrófico.

¿Cómo se prueba un fármaco?

Para que una medicina, una técnica quirúrgica o un implante tengan la autorización para poder usarlo en humanos, el camino a recorrer no es fácil ni barato.

Lo primero es desarrollarlo en el laboratorio previa idea de algún investigador. Cuando se demuestra que lo que tenemos entre manos actúa frente a una enfermedad, ya sea bloqueando alguna proteína imprescindible para que la enfermedad siga su curso, o un tornillo que se diseña para fijar la columna, se pasa al siguiente nivel, los estudios experimentales mediante lo que se llama ENSAYOS CLINICOS. Primero se prueban en ratas y luego en cerdos. El cerdo tiene una similitud genética con el ser humano. Una vez que los resultados son lo que se esperaba, se prueba con humanos. En el caso de prótesis o materiales, no se testan normalmente en animales sino en laboratorios con test de estrés y de resistencia de materiales.

Cuando se está preparado para probarlo en personas, hay que hacerlo de una manera especial. Son estudios aleatorizados a doble o triple ciego. ¿Qué quiere decir esto? Se divide a la población del estudio en dos grupos, A y B. El objeto del estudio es saber si una medicina funciona y es mejor que otra que ya se sabe que funciona. Una empresa selecciona a los integrantes de cada grupo y el investigador no llega a saber si está dando una medicina u otra y lo mimo el paciente para no condicionar. Se prueban distintas dosis y se testan los resultados mediante un cuestionario donde no sólo se evalúa si la medicina ha servido para curar o mejorar la enfermedad sino otra cosa muy importante, que no haya efectos secundarios y si los hay, notificarlos ya sean leves como alguna reacción alérgica o graves como una muerte. El resultado debe tener lo que llamamos significación estadística, es decir, que los resultados obtenidos no se han producido por azar o por casualidad.

Cuando alguno de estos charlatanes demuestre con estudios serios, que todas las tonterías pseudocientíficas que promulgan, sirvan para alguna enfermedad, entonces se incluirán en las facultades de medicina. Hasta entonces están haciendo el ridículo y son vulgares timadores.

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