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De las mil formas de ganar...

  • El Barcelona demostró que es capaz de imponerse tanto a través de un fútbol brillante como por la vía de la efectividad

O deslumbrando con un fútbol primoroso contra el Inter o apelando al orgullo y al talento individual ante el Real Madrid. El Barcelona conoce todos los caminos a la victoria, un concepto que ha hecho suyo en un 2009 al que apenas le queda un último escalón para ser memorable.

El equipo azulgrana concluyó una semana que se anunciaba angustiosa y que terminó siendo profundamente alentadora para sus intereses. Enderezó su rumbo en la Liga de Campeones al superar al Inter de Milán por 2-0 y el domingo recuperó el liderato de la Liga al vencer al Real Madrid por 1-0.

El Barcelona deslumbró el pasado martes en el duelo ante el Inter, que claudicó ante la máquina de crear fútbol que fue su rival. El equipo azulgrana, liderado por Xavi e Iniesta, fue el mismo que la pasada temporada conquistó el histórico triplete (Liga, Copa del Rey y Liga de Campeones).

Pero ante el Real Madrid se situó en un escenario totalmente diferente. El equipo blanco incluso le desconcertó al ubicar su línea defensiva muy arriba, robando rápidamente el balón y desplegando contraataques vertiginosos.

El Barcelona se sostuvo en la primera parte principalmente gracias a la aportación de su defensa, incluyendo al guardameta Víctor Valdés y los centrales internacionales Puyol y Piqué.

"Parece que tenga 20 años", dijo el entrenador azulgrana, Josep Guardiola, sobre su capitán, pese a que Puyol cuenta ya con 31.

En cualquier caso, cuando la maquinaria azulgrana se atasca, siempre le queda el recurso del talento individual y esta vez fue el sueco Zlatan Ibrahimovic quien rescató a su equipo con un gol de calidad en una jugada aislada.

"Yo tenía una teoría: Liga igualada, Liga para el Madrid", explicó Xavi Hernández en una reciente entrevista con el diario El País, en la que elogiaba el carácter competitivo de su gran rival. "Afortunadamente, Guardiola nos ha inculcado otra idea".

El Barcelona supo el domingo también agarrarse a la épica al tener que defender el resultado con diez jugadores durante media hora por la expulsión de Sergio Busquets. El conjunto catalán comenzó incluso a jugar mejor desde la urgencia.

Iniesta bajó al centro del campo y comenzó a asociarse con sus compañeros para retener el balón. El equipo azulgrana se defendió con la posesión de la pelota, la mejor forma de guardar una renta.

También apeló al orgullo y al coraje, a unas ansias de ganar que parecen ilimitadas, algo especialmente valorable en un equipo que lo ha conquistado todo desde mayo. Es la primera vez desde 1998 que el equipo barcelonista encadena tres victorias seguidas en Liga ante el Real Madrid.

El Barcelona afronta en la mejor disposición posible un final de año enormemente exigente. Su gran estrella, el argentino Lionel Messi, recibirá hoy con casi toda probabilidad el Balón de Oro, trofeo que le acredita como mejor jugador del año, mientras se prevé que Xavi sea premiado con el Balón de Bronce.

Entre reconocimientos individuales, el equipo deberá defender el liderato de la Liga y definir su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones en su duelo ante el Dinamo de Kiev.

Después hará las maletas para jugar en Abu Dhabi el Mundial de Clubes, el único trofeo importante que la entidad no tiene en sus vitrinas después de 110 años de historia. Si lo logra, habrá cerrado un año incomparable con seis trofeos, incluyendo también la Supercopa de España y la Supercopa de Europa, sus primeras conquistas de la actual temporada.

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