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Los socorristas de siempre

  • Cuando el club se ve con el agua al cuello, los técnicos de la casa se hacen con el primer equipo y lo sacan a flote

Los tres sueños que tenía Alfonso García desde su llegada a Almería era fotografiarse en los más importantes estadios de Primera División, construir la Ciudad Deportiva y que el club tuviera una cantera destacada. El primero lo cumplió, el segundo no y el tercero está consiguiendo mantener a flote al club en estos momentos. Tanto por algún que otro jugador, como Joaquín, Gaspar o Callejón, como sobre todo por varios de sus entrenadores.

El último ejemplo, quizás el más llamativo por los magníficos números que atesora cuando se ha hecho cargo en hasta tres ocasiones del primer equipo (10 puntos de 12 posibles), es Fran Fernández. Sin embargo, las temporadas de la UDA en la LFP están repletas de casos en los que los técnicos de la casa han tenido que abandonar su día a día en la cantera para arreglar los desaguisados generados en el vestuario de la primera plantilla.

Alfonsín, que ha pasado por todos los estamentos futbolísticos primero en la AD y luego en la UD, ya fue capaz de lograr una salvación en Segunda División. Después de que Casuco y Duque tuvieran al equipo al borde del descenso, el onubense debutó en el derbi ante el Poli Ejido en Santo Domingo, donde venció por 1-2, y lo salvó. Al año siguiente tuvo que volver a hacerse cargo del primer equipo durante cinco jornadas tras Castro Santos y Fabri, hasta que el presidente fichó a Paco Flores.

Pasarían temporadas, todas las de la bonanza económica, para que alguien de la casa volviera al banquillo. Fue Francisco quien con la única experiencia de un par de campañas en el filial en Segunda División B, se hizo cargo en Primera del equipo, una vez que Javi Gracia le dijo a Alfonso García que no iba a renovar. El proyecto que no quiso el míster del último ascenso por paupérrimo, se lo tuvo que comer el almeriense, que consiguió una salvación en la que nadie creía. A la campaña siguiente, con el equipo todavía en zona de salvación, el presidente lo echó y comenzó el declive del club, en el que todavía anda inmerso.

En mitad de esa caída en picado, el malagueño Miguel Rivera tuvo que coger al primer equipo en dos ocasiones: en Primera antes de que llegara JIM frente al Real Madrid, con una honrosa derrota por 1-4 (falló Verza un penalti que puedo ser el 2-2 momentáneo), y al año siguiente en Segunda empató en Gerona a uno y cayó en casa ante el Elche por 2-3 tras ser destituido Sergi.

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