Deportes

El titular lo ponen ustedes

  • Gesta El Almería jugó con uno menos desde el minuto 11 hasta el 79 al ver Chico la roja directa Reacción Crusat y Cisma levantaron en inferioridad el gol de penalti de Diego Castro y Guilherme apuntilló

Hay partidos que se ponen feos desde el principio y requieren la llamada a la épica, tocar arrebato para sacarlos adelante. Al Almería le ocurrió ayer en un encuentro que tuvo de todo: tempranera expulsión local, remontada en inferioridad y comunión final con la grada, incluyendo la recuperación para la causa de Guilherme.

Después de tres empates y una derrota el duelo ante el Sporting se presentaba como la reválida para medir las posibilidades reales del equipo con Lillo al mando. Era el día esperado para que todo lo bueno que venía apuntado se viera refrenado con un triunfo. Y se logró, aunque fuese recorriendo el camino más largo.

A los once minutos de juego, cuando los rojiblancos habían desplegado su habitual control sobre el esférico, se produjo una acción fatídica. El balón llega mansamente a los dominios de Diego Alves, que en lugar de despejarlo toca para Bernardello sin atender a que estaba rodeado de contrarios.

El argentino, ajeno a lo que se le venía encima intenta evadirse, se entretiene en exceso y pierde la pelota, dejando que Rivera encare en solitario al brasileño. El disparo supera al guardameta, pero Chico lo saca en la línea de gol con la mano. Ayza Gámez lo ve y lo expulsa. Acto seguido Diego Castro no perdona desde los once metros.

0-1 en el marcador y un efectivo menos a las primeras de cambio. El choque se pone cuesta arriba, pero Lillo perpetra una genialidad. En lugar de retirar a un atacante y reforzar la maltrecha zaga, opta por recomponer las piezas que le quedan en el campo ordenando a M'bami que ayude más en el costa derecho y a Michel que le eche una mano a Acasiete en el eje de la zaga.

La recompensa al órdago lanzado por el tolosarra no tarda en llegar. Apenas tres minutos después de que el Sporting se hubiera puesto por delante Bernardello saca la escuadra y el cartabón para enviar un pase milimétrico sobre el desmarque de Crusat, quien la pincha con la zurda y remacha ante la desesperada salida de Juan Pablo.

El empate estaba conseguido pero la ambición de Lillo no le permitía conformarse con un premio menor que a punto estuvo de irse al traste si Bilic no desperdicia a los 23 minutos un mano a mano con Diego Alves que el goleiro logra despejar metiendo la pierna ante el tiro raso del croata.

Hasta el final de la primera mitad el Almería no presentó el menor síntoma de incomodidad por estar en inferioridad y logró marcharse al descanso en ventaja. Fue gracias a una falta lateral botada por Cisma. El sevillano la lanza con rosca buscando el remate de algún compañero en el punto de penalti, pero Soriano hace un buen aclarado y la zaga sportinguista se adelanta. El resultado es que el balón va envenenándose conforme coge portería y sorprende a Juan Pablo, mejor óptico que portero.

El intermedio llega en el momento justo para que los jugadores puedan recargar pilas y recuperarse del titánico esfuerzo. Se esperaba una segunda mitad agónica, pero no fue así salvo en sendos disparos de Portilla al inicio de la misma que Alves supo atajar con oficio.

Con el brasileño Michel haciendo de Chico y el Sporting tratando de volcarse sobre la portería almeriense, Lillo decide dar entrada a Juanma en lugar de Corona. Otra decisión a priori arriesgada con la que busca impedir que Preciado empiece a ganar la partida desde la periferia del campo.

Hay unos minutos en los que los rojiblancos amenazan con venirse abajo por el esfuerzo realizado y el Sporting parece que va a lograr embotellarlos. En esa fase del partido el colegiado no ve un claro penalti de Bernardello por manos dentro del área pero tampoco señala otro igual de nítido de Gerard sobre Soriano.

Con Goitom desfondado y Crusat tocado, son Bernardello, M'bami y Soriano quienes se encargan de sostener al equipo durante ese impás con la inestimable colaboración de la grada, que capta el S.O.S. y caldea el ambiente. El Sporting pierde los nervios y Barral resulta expulsado al soltar el codo. Guilherme aprovecha el desconcierto y apuntilla al rival, mientras Gregory se autoexpulsa al darle un balonazo a un recogepelotas. Mejor titulen ustedes...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios